Al cumplir este miércoles 19 días de paro, bloqueos y protestas en Santa Cruz, para que el censo nacional se realice en 2023, el presidente boliviano Luis Arce enfrenta su peor crisis desde que fuera posesionado hace dos años.
El Gobierno boliviano dio por concluida la reunión de la mesa técnica que se instaló para analizar la posibilidad de adelantar la encuesta nacional a 2023, pero determinó que esto no es posible y anunció que se hará un mes antes de lo ya establecido, es decir en marzo del 2024.
Poco antes de este anuncio los técnicos regionales de oposición abandonaron el diálogo lamentando que no se hubieran tomado en cuenta sus propuestas, declarando que el paro en Santa Cruz continúa y que endurecerán medidas. Como efecto de la ruptura de estas conversaciones volvieron los choques entre simpatizantes del oficialismo y de la oposición en áreas provinciales.
A esta situación se suma una crisis interna en el partido de Gobierno Movimiento al Socialismo, el MAS, dadas las últimas declaraciones por Twitter del ex presidente Evo Morales quien sugirió que Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca son traidores. Analistas coinciden en que se debe a que los actuales mandatarios estarían decididos a participar como candidatos en las elecciones del 2025.