Hoy se presentó el tercer caso de una compañera de nuestro equipo de trabajo que es lastimada al quedarse entre las puertas de un bus de TransMilenio. En una misma semana, tres mujeres trabajadoras de la misma organización han sido lesionadas luego de usar este transporte en Bogotá.
La falta de cultura ciudadana que genera aglomeraciones, el sobrecupo, a la vez que el mismo sistema de cierre de las puertas, ponen en permanente riesgo la integridad de las personas.
Luego de estos accidentes, hemos constatado que en las estaciones no hay ni siquiera un servicio de primeros auxilios adecuado. Las auxiliares que revisan que no haya colados, apenas atinan a alcanzar un par de curas, agua oxigenada y gazas.
Llamamos la atención de la Alcaldía Mayor de Bogotá para que asuma la vigilancia de la seguridad de las personas en TransMilenio, en particular de las mujeres usuarias. Asimismo, consideramos fundamental que se emprenda una campaña de pedagogía y cultura ciudadana dirigida a toda la ciudadanía.
No solo son las manos y los pies las que aplasta permanentemente TransMilenio, es la dignidad de las personas que queda entre sus puertas cuando no hay un servicio respetuoso, organizado y amable con la ciudadanía. Y eso vale mucho más que $2.200 pesos.