“Me estoy recuperando” lo dijo hoy después de terminar la séptima etapa del Tour. Más de 200 kilometros en un calor infernal. Nairo está listo para darle el zarpazo y cerrarle la boca a Cesar Augusto Londoño que se atrevió a criticar al deportista más grande de nuestra tierra. ¿Hasta cuándo la prepotencia del señor Londoño?, ¿por qué habla de lo que no sabe? El ciclismo no es el fútbol o si no escuche hablar a Nairo y a Cháves y compárelo con el tatareto de James. Señor Londoño, Nairo no necesita excusas. Nairo es un héroe de organismo privilegiado que puede intentar una hazaña que menos de diez pedalistas han hecho: hacer podio en Giro y Tour. Si no le fue bien en la primera etapa montañosa no es por excusa sino porque viene de estar parado todo junio a diferencia de sus rivales que corrieron Dauphiné o Vuelta a Suiza.
Me exasperan estos hinchas del fútbol que como Cesar Augusto creen sabérselas todo también del ciclismo. Hacen el oso como cuando Edgar Perea narró el Tour y se dio a los puños con Ruben Darío Arcila. Calladitos se ven mejor. Nairo parece estar listo para empezar a recortar esos 56 segundos sobre Froome y labrar la historia. En la del sábado no habrá grandes diferencias pero la del domingo, la novena etapa, se me antoja la más dura de este tour. Ahí sus músculos se desentumecerán y aparecerá otra vez el Condor, cerrándole la boca a los incautos como Londoño o ese tal Iván Gallo que desconfían de las cualidades del líder de Movistar.
Nairo no se equivoca. Si planeó correr el Giro antes es porque tiene la certeza de que así y solo así derrotará al gran Froome.