Sé que mi comentario no va a caer bien en algunos sectores del municipio.
Sin embargo y amparado por el derecho constitucional de la Carta Magna lo hago por que se que vivo en país democrático: la libertad de expresión se encuentra reconocida en la Constitución Política en el artículo 20, el cual reza:
"Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial y la de fundar medios masivos de comunicación".
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A raíz de la tragedia en Espinal, Tolima, me pregunto hasta cuándo estos espectáculos corronchos, sangrientos y grotescos van a existir.
Alcaldes y gobernadores las corralejas no son una tradición son una vergüenza, es violencia sangre dolor y muerte no pueden ser valores en una sociedad justa y en un país evolucionado y modernizado que busca un mejor futuro y lo peor las corralejas las realizan en pueblos que no están capacitados para atender una emergencia en caso de la caída de sus palcos como sucedió en Espinal, Tolima.
Ante una inminente tragedia de esta índole, nos preguntamos ¿dónde está el banco de sangre, dónde se encuentra?
No lo hay en Plato, no existe esa cantidad de reserva de sangre para atender una catástrofe tan grande y para colmo con unos hospitales mal manejados burocráticamente.
¡Digamos no a las corralejas en Plato! Los animales y la gente merecen respeto.
Los defensores de los animales, la gente educada y sensible los que respetamos todas las formas de vidas.
Los que estamos dispuestos a hacer y decir cosas importantes cada día por una Colombia y por un mundo mejor, solicitamos a todos los gobernantes de todos los niveles que se unan al esfuerzo transformador y den el paso hacia
prohibir estas fiestas bárbaras y primitivas.
Las corralejas se deben acabar, el maltrato animal en Colombia cada vez es más frecuente, por ejemplo, hoy veía antes del derrumbe del palco que el toro sufría al tener una pata partida sentía un dolor grande mientras que cientos de personas se divertían con su dolor.