Mientras disfrutamos de un nublado festivo en el Caribe colombiano, pareciese que este “descanso”, en el que esta generación no tuvo mérito alguno, es una forma de devolvernos un poco de lo que nos merecemos. ¡Maravilloso! Así continuamos contribuyendo a la alienante doctrina del capitalismo salvaje que hace de la plusvalía el pan de cada día, alimentamos la acumulación capitalista y generamos nuevos pobres.
Así bien, aprovechando que hoy tenemos un “tiempito” para leer, me permito compartir por qué un primero de mayo en Colombia, y pensando en Latinoamérica, no debería invitarnos a la comodidad.
Adam Smith dijo que el trabajo es fuente de toda salud, de toda cultura, de toda sabiduría. No obstante, Bauman nos trae la gran realidad de los llamados “tiempos líquidos”, que son momentos de incertidumbre, donde se recibe el trabajo que te ofrecen aunque no te haga feliz.
Estamos en la posmodernidad. Esto nos pone en un hermoso escenario de otredad en el cual nos solidarizamos con el diferente, pero ¿realmente lo hacemos?, ¿nos levantamos hoy pensando a Venezuela que no tiene trabajo? Allá también hay “trabajadores sin trabajo”, como en Colombia, pero su situación es peor porque hay un caos que no es 100 % culpa de sus gobiernos.
La religión capitalista ha vendido la idea de que el socialismo y el comunismo son absolutamente malos para los Estados y claro, teniendo de ejemplo a Cuba y Venezuela su fuerza argumentativa aumenta, pero ¿acaso está mal China o Rusia? En nuestra amada América Latina hay economías híbridas y funcionan a la perfección. Ahora, todo esto qué relación tiene con el Día del Trabajador.
A continuación las condiciones de la mayoría de trabajadores en Colombia, gracias a nuestro inalienable y globalizador sistema:
1. Trabajamos 8 horas diarias con 15 días de descanso al año.
2. El considerado capitalismo flexible trajo consigo el contrato de prestación de servicios, con el cual un salario integral sustituye todas las prestaciones sociales.
3. Si tenemos carro o vivienda, le debemos esta vida y la otra al banco.
4. Si nos quejamos de las condiciones laborales, al día siguiente engrosamos la lista de desempleados.
5. Nos contratan para una función, pero somos tan buena gente que terminamos dando todo por nuestra empresa porque somos parte de esa gran familia (nunca será nuestra).
6. Dejamos de comer para pagar la carrera, la especialización, la maestría, y nos pagan como técnicos.
7. Nos cuesta Dios y ayuda probar una enfermedad laboral porque a las enfermedades de este tipo no le aplica el POS, entonces casi siempre nos gana la preexistencia.
8. Trabajamos o vemos la presentación de nuestros hijos en el colegio, trabajamos o les explicamos las tareas, trabajamos o LOS CRIAMOS.
9. No podemos emprender porque esto está reservado por apellidos, por ejemplo: Santodomingo, Ardila Lüllle, Char o Daes; Pedro Pérez no puede.
10. Trabajamos en lo que nos toca y no en lo que nos hace felices porque de algo hay que vivir, menos de la felicidad.
Entre las muchas cosas que quisiera decir, elijo tratar de romper el imaginario colectivo que nos dice todo el tiempo: estudia para que seas alguien. Ya somos alguien, tenemos identidad desde que nacemos. Cuando la ignorancia brota de quienes creemos saben más, a veces las convertimos en dogmas y esto hace que desechemos la sabiduría de quienes no pasan por instituciones formales y de ahí viene la idea más ignorante que frente al trabajo he escuchado: ¡Estudia para que no seas campesino! Quisiera ver a los doctores que dicen eso comiendo libros si los campesinos deciden ser doctores como ellos porque ser campesino no es importante, olvidan que ellos tienen doctorados honoris causa en cómo mantener vivos al resto de los mortales ¡nos dan comida!
Finalmente recordemos que aunque en la pirámide se mantiene a la clase capitalista arriba, si la clase trabajadora se da cuenta de que quien le imprime el valor al producto es ella, la pirámide puede invertirse, porque si hay algo cierto es que mientras exista el capitalismo salvaje y su “llave” el neoliberalismo (el golazo de la constituyente del 91) también existirán las clases y sus luchas. ¡FELIZ DÍA CLASE TRABAJADORA!
Como decía Zygmun Bauman, "el trabajo ya no da prestigio".
