Dentro del público las expectativas a tope: era el día de la fiesta nacional francesa en conmemoración a la Toma de la Bastilla en 1789 y todo lo que ello implicó para la humanidad cuando se desencadenó la revolución que tiró abajo la monarquía.
Dentro de ese contexto histórico, la organización de la carrera diseñó una etapa que enamora a los espectadores: el Coloso ascenso al Mont Ventoux, cuya cima ofrece un paisaje lunar, árido y agreste como anfitrión para quienes lo visitan. Su nombre no obedece a otra razón, sino a las difíciles condiciones climáticas, donde el fuerte viento es el protagonista y hasta el día de ayer ha llegado soplar a más de 100km/h.
De ahí que, siendo unos son los planes de los hombres y otros lo de la madre naturaleza, la circunstancia mencionada implicó que ayer la organización tomara la decisión de recortar los últimos seis kilómetros de ascenso por seguridad de los ciclistas. Esta disposición sería públicamente lamentada por Quintana y agradecida por Froome, quien en 2013 padeció la feroz batalla a la que lo retó el entonces debutante colombiano con escasos veintitrés añitos.
En la retina nos quedarían las imágenes de Nairo llegando segundo en la etapa y desplomándose al punto del desmayo en la llegada a Mont Ventoux; lo que hizo el boyacense aquel día marcaría el destino que a la postre le trajo la gloria como mejor juvenil, ser campeón de la montaña y finalizar segundo en el pódium de la Grande Boucle edición 2013.
Hoy la mañana nos llamaba a un pronóstico optimista: por fin veríamos a los escaladores desenfundando sus armas y lanzando furiosos ataques con el cuchillo entre los dientes.
Los fuertes vientos que golpean estos días la ronda gala traerían algunos cortes dentro del grupo principal y a 32 kms de meta llegaría la primera caída que implicó a Simon Gerrans, que lideraba el grupo de favoritos -- llevándose consigo a Rowe y Stannard, del Team Sky-- una contingencia que sería respetada por el pelotón, quien esperó a que se reincorporaran los afectados, lo que de contera benefició a Thibaut Pinot (FDJ) y a Warren Bargil (Giant), que previamente se habían rezagado del lote.
A 17 kilómetros de meta llegaría la esperada punta de lanza del Movistar Team, que enfiló a sus hombres a cabeza de lote e impusó el ritmo de carrera como movimiento precursor al mayor ascenso del día.
Llegarían los últimos 10 mil metros de carrera y con ellos el plato fuerte del menú: Mont Ventoux les daba la bienvenida a los jinetes y lo que vendría en adelante ni el más pesimista lo hubiese pensado.
Adelante la fuga marcaba su propio paso, mientras que Alejandro Valverde (Movistar) empezaba a sacudir el palo de mango y a seleccionar a los verdaderos escaladores, porque a estas alturas remolcar filtrados no venía sano para el grupo de favoritos.
La emboscada estaba preparada y el turno sería para Nairo Quintana, quien lanzó su primer ataque directo a Chris Froome, embate que respondieron los alfiles del Team Sky, al tiempo que los gestos del británico daban aparentemente seña de que no venía bien. De ahí que Nairo lo espero, lo miró, lo midió, algo le dijo y volvió a soltarle una segunda arremetida. Luego vendría el asalto de Joaquim “Purito” Rodriguez y nuevamente Valverde, simultáneamente en la parte de atrás, uno a uno se iban soltando los mas débiles en el ascenso.
No obstante, el rinoceronte blanco y hasta ahora líder Christopher Froome no permitiría más agravios en su contra y sorprendiendo a todos lanzaría un feroz ataque que lamentablemente no pudo responder Nairo Quintana. Las piernas no le dieron al colombiano cuando todos esperábamos lo contrario. Lo ha dado todo hasta donde ha sido posible, pero no nos llamemos a engaños: Froome se ha mostrado más fuerte y no va a soltar ese maillot amarillo por nada en este mundo; de los favoritos, únicamente el australiano Richie Porte y el holandés Bauke Mollema, serían lo que pudieron seguir la rueda del imbatible capo.
A continuación llegaría el enloquecimiento de la etapa. Y es que da mucha rabia lo que ha pasado hoy, porque debido a la incontrolable y ebria multitud que acompañaba la llegada en la cima, una moto tuvo que frenar intempestivamente provocando el choque de las bicicletas de Bauke Mollema, Chris Froome y Richie Porte contra la misma. Al final, estos dos últimos verían con impotencia cómo sus caballitos de carbono se rompían y los dejaban lanzados a su propia suerte.
En adelante todo fue caos: la señal por televisión se cayó y ninguno de los dos canales con licencia para transmitir las emociones respondía. Sin embargo, acudimos rápidamente a la frecuencia modulada en radio y desde allí vivíamos los pormenores de lo que estaba sucediendo.
Georgina “la Goga” Ruiz y el poeta Rubén Darío Arcila se escuchaban atónitos con el hecho. Gritaban, pedían una bicicleta para Froome, con agitada narración nos iban contando cómo el británico en su desespero decidió dejar su bicicleta tirada en la carretera y continuar el ascenso a trote. Era un espectáculo nunca antes visto en el Tour.
Mientras tanto se escuchaba cómo Mollema quien salió bien librado, Yates, Bardet, Meintjes, Aru, Quintana y Valverde, sobrepasaban al ahora maratonista Chris Froome, a quien luego de recorrer varios metros como cualquier aficionado detrás de sus rivales, finalmente le aprovisionaran una bicicleta para continuar en carrera.
La narración era una locura porque Froome no se hallaba mentalmente ante semejante suceso. Sus zapatillas no enganchaban los pedales, sus rivales avanzaban y el pobre hombre veía cómo se le escapaban sus esfuerzos meritoriamente conseguidos en días anteriores.
En medio de todo esto, volvería la transmisión en vivo por TV, al tiempo que apreciábamos la repetición de la llegada a meta de Thomas de Gendt (Lotto-Soudal), quien lamentablemente no se llevaría el protagonismo del día.
Varios minutos, casi una hora y nada que los jueces dictaban sentencia. La especulación hacía presencia y nos indicaba que posiblemente si se aplicara tajantemente al reglamento, Chris Froome debería ser expulsado de la carrera por el despojo de su bicicleta y la marcha emprendida a pie. Mientras tanto, nosotros hacíamos un llamado a la justicia y de ninguna manera considerábamos correcta una decisión de este tipo: la responsabilidad de un tercero y las primeras imágenes del hecho que ya empezaban a mostrarse en la TV, no podía comprometer la continuidad del entregado líder del Tour, porque, valga la pena decirlo, qué cojones los que ha mostrado el británico en todos estos días.
Finalmente un controversial veredicto otorgó a Chris Froome el mismo tiempo que Bauke Mollema, el primero de los favoritos en llegar a meta. De ahí que la clasificación general individual padeció notorios cambios que ahora dejan a Nairo Quintana ubicado en la cuarta posición a un minuto del líder.
Se enciende un precioso debate entre lo justo y lo reglamentario. Aprovisionémonos de sensatez , gallardía y buen juicio para ponernos en los zapatos de los jueces, del propio Froome y meditar por un momento ¿Y si el afectado hubiese sido Nairo Quintana?
Para mañana viernes se viene la etapa trece con una contrarreloj individual de 37.5 kilómetros. Desde acá no perdemos la fe en nuestro cóndor colombiano, quien este año ya demostró en otras carreras su notable desempeño en la crono.
A nuestros lectores les reitero lo de siempre: gratitud y acompañamiento a nuestros deportistas, no caigamos en la mezquindad.
@MarcoAriasGz
"La vida es como montar en bicicleta, para mantener el equilibrio hay que seguir avanzando." Albert Eintein.