Es difícil que algún colombiano no haya tenido en sus manos un morral, bolso o maleta de Totto, más para los menores de 30 años, puesto que la marca se convirtió en un referente de los años de colegio y universidad. Aunque su producción no es 100 % colombiana, ya que desde hace algunos años un 70 % se realiza en Asia, los colombianos la sienten como suya. Totto ha vestido a la delegación olímpica de Colombia desde Atenas 2004, uno de los elementos más llamativos de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Tokio fue el kimono que vistieron los deportistas de la de delegación nacional, también patrocinó a Juan Pablo Montoya en 1996 y a los alpinistas colombianos que buscaban conquistar la cumbre del monte Everest en el 2001.
Su fundador, Yonatan (Natán) Bursztyn, de 62 años, es el menor de cinco hermanos. Hijo de dos inmigrantes judíos de Polonia y Rumania, Bernardo Bursztyn y Ana Vainberg, que huyeron de las guerras europeas a principios del siglo pasado y el azar los junto en Colombia. Tras graduarse en la Javeriana en 1980, Natán viajó a Rochester EE.UU., para especializarse en artes gráficas, y retornó a trabajar en el negocio de la familia, pero donde duró poco, soñaba con ser gerente y en esos negocios no era posible, por lo que renunció. Negociante desde joven, a los 28 años compró Bonreal, una marroquinería en el barrio Samper Mendoza que estaba ahogada por las deudas, quebrada y a punto de ser liquidada. Le cambió el nombre por Nalsani y empezó a vender productos de cuero en almacenes locales y en Estados Unidos.
El gran giro del negocio para esta empresa se dio en la feria de Miple, de Milán (Italia), lugar donde se reúnen periódicamente empresarios y fabricantes de cuero para compartir experiencias. Allí Natán conoció una empresa que había llevado productos hechos en lona, un material sintético mucho más barato que el cuero. La idea le pareció perfecta para la inquietud que le venía rondando, un producto que le permitiera aumentar la masa de clientes. La propuesta permitía mezclar un nuevo material con la moda, y el origen artesanal de la marroquinería le garantizó el cuidado en los detalles, el producto de alta calidad fue acogido inmediatamente por el mercado. Para un nuevo producto, una nueva marca: Totto. En la búsqueda de un nombre corto, sonoro y de fácil recordación, escogió este en homenaje a una de las bandas de rock preferidas por Natan, Toto.
La sensación del atuendo diseñado para la inauguración de las olimpiadas de Tokio hizo que se sacara a preventa
Desde su fundación el 17 de julio de 1988, Totto no ha dejado de crecer. La primera tienda se abrió apenas un año después en las instalaciones de la fábrica, la gente que llegaba tocando la puerta luego de encontrar la dirección dentro de algún producto en busca de otros productos del catálogo. En 1990 lanzó su primera colección de ropa y adquirió una licencia para fabricar productos con los personajes de Disney lo que le permitió abrirse paso al mercado internacional. El modelo de franquicias le ayudó a abrir locales por toda Colombia y abrir la primera tienda en el exterior, específicamente en Costa Rica en 1992.
Yonatan se dio cuenta que su negocio estaba en la creación de nuevos productos por encima de la fabricación de los mismos, por lo que en 2002 inició una búsqueda de materias primas y fabricantes en china, dedicándose a llevar su marca por toda América y Europa. La expansión hacía Europa, hoy su principal mercado, se debió paradójicamente, a la crisis en Venezuela. Después de crecer en Latinoamérica y en la región andina, a finales de la pasada década su principal mercado era el vecino país, con 60 tiendas y una venta de casi un millón de unidades. Pero Bursztyn vio en la política de Hugo Chávez una amenaza que, unida a las dificultades para asentarse en los mercados de Brasil y Argentina, le llevó a mirar hacia España. Hoy cuenta en este país además de tiendas propias, espacios especiales (shop in shop) en el Corte Inglés. Desde la sede principal en Madrid se controla el negocio de Europa, Oriente Medio y África. De manera directa opera tiendas en Alemania, Italia, Francia, Reino Unido y Rusia.
En 2014, inauguró Tittan, el mayor centro de distribución y logística en Mosquera, Cundinamarca. Centro que en 2016 movió más de 10 millones de productos a toda escala, entre maletines, mochilas, morrales, bolsos, ropa y accesorios. La oficina de desarrollo de producto, logística y control de calidad se encuentra en Hong Kong, y opera varias plantas de producción en China. Además de presencia física en 46 países a través de mas de 600 tiendas, vende en todo el mundo a través de canales virtuales como Amazon y Mercado Libre. Es la empresa número 552 por ventas del país, con ventas por $ 279.874 millones el año pasado, aunque debido a la pandemia las pérdidas sumaron $ 26.537 millones
Parte del éxito, ha sido saber adaptar sus productos a las preferencias de los diferentes mercados, hay algunos donde prefieren bolsos mucho más grandes, estampados o colores más estridentes, en cambio hay países más minimalistas, o lugares del mundo donde no gustan los colores como gustan en los climas cálidos. También han sabido aliarse con empresas para necesidades específicas, como es el caso de la creación de una maleta especial para domiciliarios en conjunto con la brasileña ifood que lanzaron en marzo de este año.
Sus hijos Benny de 30 años y Natalie de 33, trabajan dentro de la empresa en los sectores mas relevantes, Natalie como la gerente de Mercadeo, y Benny a cargo de la innovación y la tecnología.