Cuando aún estaba en el colegio me tocó bailarte y cantarte sin saber que estos “tres golpes” de tambor me iban a enamorar de ti profundamente. Tus cumbias, bullerengues, chandés, chalupas, porros, tamboras, garabatos y mapalés me hacen pensar en algo que dijo el papá del porro en Colombia, don Pablito Flórez, seguramente hablándole a Maria Varilla: “La parranda está en la calle, la parranda es 'pa' amanecé'.
Tus bailes cantados como una “Candela viva” han defendido la tradición oral de los pueblos del Caribe colombiano sin pausa, sin duda, con el compromiso que solo unas pocas personas como tú pueden. Solo tú le puedes cantar a la “Mohana” desde el río Magdalena, defendiendo las influencias indígenas, africanas y europeas que se dieron en tu tierra Momposina.
Estos días de “aguacero de mayo” me hacen recordar tu lucha por defender tus tradiciones con tanta vehemencia como si fuera “la acabación”. Pablito dijo alguna vez: “La cumbia está herida” y tú no has dudado en gritar “repárala” para advertir que todos debemos aportar para defender lo nuestro.
Totó de mi alma y de mi corazón, te hemos dejado en “Soledad” como si tu fueras la única responsable de esta lucha. “Adios fulana” te hemos dicho, es hora de que “el piano de dolores suene”, que toque “el tambolero” “los sabores del porro”, canta cantadora “chi chi maní”, “curura” y “la verdolaga” para que todos entendamos el valor que tienes y toda esta indiferencia quede atrás. ¡Prende la vela que la cumbiamba pide candela! La mayor joya de orfebrería que se ha moldeado en la tierra de Santa Cruz de Mompox eres tú, Totó la Momposina.
