Pensábamos que la inquisición era un triste recuerdo de uno de los más grotescos episodios de la humanidad donde triunfó la intolerancia, la represión al progreso de las ciencia y la supresión del libre pensamiento. Sin embargo, insignes personajes de dudosa moral, logran resucitar el pasado y, cual nuevos adalides, se toman el derecho de vetar, censurar y determinar cuál será la “nueva” moral que regirá nuestros destinos.
No era suficiente el exprocurador Ordóñez decidiendo los linderos y los avatares de una sociedad mojigata. Debían aparecer sus pequeños émulos para tomar la palabra en los terrenos de la cultura y sentenciar cual artista puede presentarse, o no, ante el público capitalino. Arden las maderas en las piras y Bogotá se convierte en un nuevo Salem con aquelarres y cacería de brujas. El primero de julio, la próxima edición de Rock al Parque será recordada como aquella de la exclusión abusiva.
Pero la decisión del denominado gestor “cultural”, benemérito “padre” del festival de Rock al Parque, Julio Correal, con el beneplácito de la actual directora de IDARTES, Juliana Villegas, de vetar al músico rockero venezolano Paul Gillman, coarta no solo la libre expresión y el libre pensamiento, sino que horada los cimientos de nuestra endeble democracia. Ahora es posible excluir a un artista y vetar su presentación por su pensamiento político. Si por oponernos a supuestas dictaduras se pudiera determinar a dedo, olímpicamente, quien tiene el derecho de subir, o no, a una tarima o la validez de un artista, caería en el perenne ostracismo más de la mitad de del mundo artístico, filosófico e intelectual. ¿Dónde estarían los escritores, pintores y demás artistas pasados y presentes de los desaparecidos, para bien, viejos imperios coloniales británico y francés o de la agonizante y lánguida aguilucha norteamericana?
La democracia, la libertad de opinión, la libre expresión y el arte no pueden ser amancillados con los pretextos inquisidores de estas nuevas reencarnaciones de Torquemada, el tristemente recordado prelado español.