En contraste con los paisajes naturales que componen el departamento de Santander, el Embalse Topocoro, ubicado a media hora de Bucaramanga, es un atractivo artificial construido por el ser humano. El Topocoro es un espejo de agua que abarca 7.000 hectáreas en seis municipios del departamento y desde donde se saca la energía para impulsar la hidroeléctrica Hidrosogamoso de Isagen. Además, el embalse aporta casi del 10% de la demanda nacional.
El Topocoro se terminó de construir en 2015 y este año proyectó nuevas alternativas que se pueden llevar a cabo en el embalse. Esto implica un nuevo desarrollo y panorama económica, ambiental y socail para la Serranía de los Yariguíes.
Hoy el embalse es un diamante en bruto con las indicaciones para ‘tallarlo’ en beneficio de la comunidad y el ecosistema gracias a la gestión de la Gobernación de Santander y los líderes sociales de la región, consolidando la línea a seguir en temas de ordenamiento territorial y actividades que se deben desarrollar en espejos de agua de la magnitud del Topocoro.
Con la propuesta, en el embalse delimitó 1.460 hectáreas, es decir, más del 25% del área como zona de conservación y protección de la biodiversidad. Así, el departamento logró estabilizar y potenciar nuevos sectores económicos para la gente de la región.
Santander, pionero en el ordenamiento de embalses
Los lineamientos establecidos en este cuerpo de agua son los primeros que se establecen en el país y marcan la línea a seguir para todos los embalses del territorio nacional en temas como actividades económicas, seguridad naviera, transporte fluvial, delimitación de zonas protegidas y explotación piscícola, así como uso deportivo y recreativo.
Según la determinación que dio la Asamblea de Santander, por disposición de la administración del gobernador Didier Tavera Amado, se aprobó la Ordenanza 038 de 2017, por medio de la cual se adoptan los lineamientos y directrices contenidos en el plan de ordenamiento de la Central Hidroeléctrica Sogamoso.
Se destaca en los lineamientos de usos alternativos del embalse la gran vocación turística contemplada en la ordenanza, la cual promueve el desarrollo de emprendimientos en este sector económico dadas las características especiales que ofrece el reservorio, como la cercanía con Bucaramanga, el Aeropuerto Internacional Palonegro y el ‘Puerto petrolero’ sobre el río Magdalena, así como la excelente conectividad vial para movilizarse por la zona, pues una vez fueron inundadas las tierras de los seis municipios beneficiados, se construyeron nuevas vías, viaductos y túneles de acceso que se suman a los atractivos turísticos del embalse.
A esto se le suma el trabajo conjunto del gobernador con las Corporaciones Autónomas Regionales y varios líderes sociales de la zona para concretar las reglas de juego para el uso del Topocoro. Además, la administración departamental logró que el Ministerio de Transporte instale en el espejo de agua una inspección fluvial que permita la vigilancia, control y cumplimiento de los lineamientos de uso del embalse, que actualmente cuenta con 25 embarcaderos públicos.
La transformación del Topocoro
A mediados de 2017 la Gobernación de Santander, a través de su Instituto Departamental de Recreación y Deportes (Indersantander), impulsó la realización de la primera válida nacional de Optimist, un deporte acuático en el que los botes son impulsados por velas de viento y los resultados fueron mejores que los esperados, pues los deportistas manifestaron que el Topocoro tiene las condiciones ideales de temperatura del agua (aproximadamente 28°) y vientos constantes para la práctica de cualquier actividad deportiva no motorizada.
El Topocoro fue construido al pie del parque natural Serranía de los Yariquíes, una reserva natural ideal para preservar el hábitat de jaguares, pumas y tigrillos, así como otras especies endémicas de la zona, motivos que permiten que el embalse sea el lugar ideal para el desarrollo de actividades como el avistamiento de aves, práctica de senderismo y turismo ecológico.
Asimismo, en el embalse de 4.800 millones de metros cúbicos de agua, las personas cuentan con la posibilidad de instalar proyectos de piscicultura artesanal y de subsistencia. Para esta actividad se habilitó el 53.7% del área del embalse a fin de desarrollarla, además la zona cuenta con 41 especies de peces, de las cuales varias se pueden explotar artesanalmente.
Sin embargo, bajo la tierra se esconde uno de los potenciales más grandes del embalse. Debajo de los 190 metros de altura de la presa, llamada La Tora, está el corazón de la hidroeléctrica. Existe una casa de máquinas subterránea que alberga las tres unidades de generación más grandes de Colombia, turbinas con la capacidad para generar 820 MW (megavatios) y una generación media anual de 5.056 GWh-año que ofrecen el 8,3% de la energía que consumen los colombianos en un año.
El Embalse el Topocoro logró consolidarse como uno de los centros energéticos más importantes del país, pero al mismo tiempo hizo una propuesta turística que lo convirtió en uno de los atractivos centrales en el departamento de Santander.