No es ningún secreto que una relación armónica con nuestra pareja resulta en una vida sexual activa y sana, pero muchas veces alcanzar ésta armonía nos resulta complicado por los vicios que repetimos consciente o inconscientemente en nuestras relaciones.
No existen clases de relaciones de pareja en la escuela, los mejores maestros que tenemos son nuestros padres, pero debido a que ellos tampoco tuvieron una educación formal de pareja, a veces resultan no ser los mejores maestros para el tema (aunque en algunos casos nos sirvan de referente del “que no hacer”).
Todas nuestras relaciones se construyen bajo la prueba y error desde el primer momento. Y si eres como la mayoría de la gente, la mayoría de las veces haz caído en el error.
Sin embargo, parte del problema es que muchos de los hábitos poco saludables se forjan en nuestra cultura. Hombres y mujeres somos programados a objetivar a nuestras parejas y nuestras relaciones. Por lo tanto, nuestras parejas a menudo son vistas como accesorios en lugar de alguien con quien compartir y encontrar un apoyo emocional mutuo.
Afortunadamente, ha habido mucha investigación psicológica sobre las relaciones en las últimas décadas y hay algunos principios generales que siguen apareciendo constantemente de los que la mayoría de las personas no son conscientes. Es un hecho que tener feedback o adquirir auto-conocimiento nos sirve para corregir o calibrar las cosas que queremos cambiar de nosotros mismos con el fin de evolucionar.
A continuación y con la ayuda del psicólogo Mark Manson presento una lista de diez de las tendencias más comunes en las relaciones, que muchas parejas piensan que son sanas y normales, pero en realidad son vicios que terminarán por lastimarte a ti o a tu pareja.
Es cuando alguien con quien estás saliendo continúa culpándote por los errores del pasado que cometiste dentro o fuera de la relación. Si las dos personas en la relación llevan la cuenta de los errores de su pareja, esto se convertirá en una batalla para ver quién ha sido más descuidado a lo largo de los meses o años y por lo tanto se generará una deuda.
No sólo desvía la atención de la solución de problemas actuales en sí, sino que genera culpa y amargura del pasado y termina por manipular a la pareja y la lleva a sentirse mal en el presente.
2 . Dar pistas pasivo-agresivas
En lugar de establecer un deseo o pensamiento abiertamente, intentas empujar a tu pareja en la dirección correcta de averiguarlo por si misma. En lugar de decir lo que realmente te molesta, encuentras cosas pequeñas y mezquinas para llamar la atención de tu novio/a para luego justificar la queja sobre ellos/as. Esto demuestra que no se sienten cómodos comunicándose abiertamente y claramente entre sí. Una persona no tendrá razones de ser pasivo-agresiva si se siente segura en expresar enojo o inseguridad en la relación. Una persona nunca sentirá la necesidad de dejar “pistas” si siente que no será juzgada o criticada por ello.
3. Hacer un rehén de la relación
Cuando una persona tiene una simple crítica o queja y chantajea a la otra persona con la amenaza de terminar el compromiso o la relación. Es el chantaje emocional por excelencia y genera toneladas de drama innecesario. Cada pequeño problema en la relación es percibido como una crisis del compromiso. Es crucial para las personas en una relación el saber que los pensamientos y sentimientos negativos se pueden comunicar de forma segura entre sí sin que amenace la relación. De lo contrario la gente reprimirá sus verdaderos pensamientos y sentimientos y esto llevará a un ambiente de desconfianza y manipulación.
4. Culpar a tu pareja por tus propias emociones
Estás teniendo un mal día y tu pareja no está simpatizando con tu situación o no te ha dado su apoyo en este momento. El/Ella ha llevado su día normalmente y se distrajo cuando lo/la abrazaste. Quieres pasar un rato en casa juntos y simplemente ver una película esa noche, pero el/ella tiene planes para salir y ver a sus amigos.
Así que arremetes contra el/ella por ser tan insensible y cruel hacia ti. Tu has tenido un mal día y no ha hecho nada al respecto. Claro, no dijiste nada, pero simplemente él/ella debería saber como hacerte sentir mejor. Debería de haber hablado por teléfono a sus amigos y abandonado sus planes en base a tu estado sensible de ánimo.
Culpar a nuestras parejas de nuestras emociones es una sutil forma de egoísmo, y un clásico ejemplo de falta de mantenimiento en los límites personales. Cuando se establece el precedente de que tu pareja es responsable de cómo te sientes en todo momento (y viceversa), se desarrollarán tendencias co-dependientes. De repente, no se le permite planificar sus actividades sin consultar contigo antes. Todas las actividades en la casa – incluso las mundanas tales como leer libros o ver la TV – deben ser negociadas y comprometidas.
El problema más grande de desarrollar estas tendencias co-dependientes es que reproducen resentimiento. Si se convierte en una expectativa de que tu vida gire alrededor del bienestar emocional de tu pareja en todo momento, entonces muy pronto llegará la amargura e incluso la manipulación de sentimientos y deseos.
5 . Despliegues de amor celoso
Enojarse cuando tu pareja habla, llama, textea, se junta, o estornuda en la vecindad general de otra persona y entonces se procede a llevar ese enojo a tratar de controlar su comportamiento. Esto a menudo conduce a conductas perniciosas como hackear su e-mail o facebook, ver sus mensajes de texto mientras están en la regadera, o incluso seguirlos por la ciudad y aparecer sin previo aviso cuando no te están esperando.
Es sorprendente que algunas personas lo describan como una especie de demostración de afecto. Calculas que si tu pareja no es celosa, entonces de alguna manera significa que no te ama. Esto no puede estar más equivocado. Es una actitud controladora y manipuladora. Crea drama innecesario. Transmite un mensaje de falta de confianza en la otra persona y resulta degradante. Si tu novia/o no puede confiar en ti al estar con otras personas atractivas, entonces esto implica que cree que eres a) un mentiroso/a, o b ) incapaz de controlar tus impulsos.
6. Comprar las soluciones a los problemas de relación
Cada vez que un gran conflicto o problema surge en la relación, en lugar de resolverlo, se le cubre con la emoción y los buenos sentimientos que vienen con la compra de algún regalo o de salir de viaje a alguna parte, ocultando permanentemente los problemas reales con placeres superficiales.
No sólo barre el verdadero problema debajo de la alfombra (de donde resurgirá de peor forma la próxima vez), sino que sienta un precedente poco saludable dentro de la relación. Esto no es un problema de género necesariamente, y en muchos casos el sexo es utilizado para desviar la atención del problema al pensar que sirve de solución parcial.
7 . Sabotear la relación
Muchas personas tienen la impresión de que las relaciones estables son aburridas, por lo que intentan sabotear sus relaciones para hacerlas más interesantes. Cualquiera de los dos intentará generar problemas en su relación menospreciando o competiendo con su pareja, buscando crear un conflicto sobre cosas insignificantes. A veces se generan estos problemas debido al mítico “sexo de reconciliación” que le sigue, y otras veces lo hacen simplemente porque les gusta provocar a su pareja.
Este hábito no sólo no elimina el tedio que se puede llegar a sentir en una relación, sino que pone en riesgo constante al compromiso. La persona que trata de sabotear su relación por la emoción que le genera, utiliza la relación de pareja como una herramienta para su propio placer. Es denigrante, degradante y un ejemplo clásico de egoísmo.
8. Holgazanería en la relación
Es común encontrar en nuestra pareja un lugar de seguridad y tranquilidad, ya no nos resulta necesario el esfuerzo que hacíamos para tener un valor sexual en el mercado cuando estábamos solteros. De repente encontramos una zona de confort en nuestra pareja para resguardamos y terminamos por abandonar las actividades que nos daban una identidad. Esto lleva al sedentarismo y a la rutina.
Una de las razones por las que buscamos tener una pareja es para el famoso dicho de “asentar cabeza”, pero esa seguridad que encontramos en el compromiso, no significa el total descuido de nuestra persona, es importante mantener actividades de pareja e individuales que sigan nutriendo la relación.
9. Cambiar a nuestra pareja.
Te enamoras de una persona por sus cualidades, su personalidad, su visión de la vida y sus metas (a veces hasta por sus defectos) pero en el transcurso de la relación, empiezas a intentar moldear a tu pareja para que cuadre con tus expectativas, cambiando en esencia las cualidades que alguna vez te resultaban atractivas. Debemos ser capaces de identificar la necesidades personales que queremos cubrir al entrar en una relación, la persona que está contigo no es responsable de tus banales deseos de auto-realización, debes mantenerte abierto/a a la posibilidad de que tu pareja te ayude a cambiar tu mapa del mundo.
10. Fin de la relación = fracaso
Tendemos a idealizar a las personas y a las relaciones, nos gusta vivir con la idea romántica de que el amor es para siempre. La realidad es que todo en éste plano existencial es impermanente, las relaciones terminan por diferentes situaciones o circunstancias al igual que todo lo demás. Al entrar en una relación muchas veces se hacen promesas que serán imposibles de cumplir, y cuando ésta termina, las promesas incumplidas resultan en un daño colateral que nos lleva al eterno intento de “cerrar el círculo”. Concebir la conclusión de una relación como un fracaso personal o colectivo es un error que genera culpa. Las personas crecen, cambian y evolucionan, muchas veces juntos, otras por separado, debemos ser capaces de aceptar y asimilar esto al principio, durante y al final de todas nuestras relaciones de pareja