Se llama Jorge Arturo Pérez pero nadie lo conoce por el nombre. Los millenials tampoco lo deben recordar demasiado. Es que eran los noventa, una época sin redes sociales. Los jóvenes frívolos estaban lejos del grunge pero muy cerca de la televisión. Por eso el programa más visto por los jóvenes era Oki Doki. Coco era el capitán pero Tomillo era el segundo y el más querido. Los de La Tele, los eternos Martín de Francisco y Santiago Moure, le hacían la vida imposible. Le decían que era un pésimo actor, que no servía para nada, que era no más un producto de RCN.
Siempre fue un muchacho y el papel de Tomillo claro que lo encasilló. Lo intentó en otras producciones pero nunca tuvo el mismo éxito. A Estados Unidos se fue en el 2016. Su esposa, la diseñadora Mónica Piñeros, la llamaron de Nueva York para que trabajara en una exitosa tienda de ropa para ocupar el importante cargo de Visual merchandising. En ese momento Tomillo quería triunfar en Broadway. Siempre tuvo buena voz y talento. Tenía 36 años y la energía de la juventud. Se metió en cursos de inglés y se presentó a varios casting pero nunca quedó en nada.
En una entrevista dada en esos años dijo: “Quiero estar en el Metro cantando, quiero hacer la audición para poder tener un lugar y probar lo que se siente estar en contacto con la gente. Siempre lo he estado, he presentado programas en vivo durante mucho tiempo en vivo y en directo, entonces es como estar en teatro”.
Sin embargo los años le han quitado la ilusión pero no la alegría ni la buena energía. Sigue teniendo contacto con sus amigos entrañables, Cecilia Navia, Verónica Orozco, el inolvidable Coco y sigue siendo adorado por sus amigos. Además es un hombre al que le sigue interesando su país y los problemas que tiene. En noviembre, en pleno paro nacional, hizo su fiesta de cumpleaños y la foto la publicó en Instagram:
Ese día mandó este mensaje: “Celebro mi cumpleaños desde otro país. Cumplí el 22, día del paro nacional colombiano, y estuve feliz porque Colombia se puso de acuerdo en su gran mayoría para luchar por el bien común, a mis amigos que vinieron a saludar gracias, a los que llamaron gracias y a los que marcharon exigiendo lo mejor para Colombia, gracias”
La pandemia lo soprendió en su apartamento en Nueva York y ha tenido tiempo incluso para hablar con sus amigos más queridos. Acá una reunión por Zoom de los muchachos de Oki Doki:
Hace poco intentaron estafar usando su nombre pero él aclaró. Habían dicho que estaba en la ruina, que necesitaba plata. Nada de eso fue cierto como aclara en este video
Si, Tomillo está super bien, ya sin el sueño de ser actor pero con la conciencia de ser un hombre bueno, amado por su esposa y por sus amigos. Lejos de la fama.