Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz, protagonistas del descalabro del Fondo Premium que dejó en la quiebra a miles de inversionistas, son procesados por cinco delitos: estafa agravada, concierto para delinquir, manipulación fraudulenta de acciones (las de Fabricato), captación masiva de dineros y no reintegro de los recursos. El 28 de abril aceptaron cargos por los primeros tres delitos y ahora aguardan a que el juez determine la pena que deberán pagar, la cual podría estar entre ocho y diez años de prisión.
Frente a la captación masiva están negociando un preacuerdo. Allí la Fiscalía espera recibir toda la información respecto a la operación comercial en el exterior, se sabe que los botines están en paraísos fiscales como Bahamas, Curazao, Islas Vírgenes Británicas y Panamá, territorios que no querido brindar colaboración, por lo que el aporte de estos dos procesados es determinante. Si así ocurre ese cargo puede extinguirse. Respecto al último delito en curso, el de no reintegro, la Fiscalía dice que lo mantiene en juicio y que sólo se revisaría cuando se de la devolución del dinero a las víctimas. Este delito tiene una pena de entre 10 a 12 años de prisión, que se sumaría. Así las cosas, Jaramillo y Ortiz en suma purgarían mínimo 18 años de cárcel.