En el Tolima arrancó formalmente la campaña a las elecciones locales del 2019. Desde hace tiempo, funcionarios de ambos gobiernos venían coqueteándole más de la cuenta a los líderes comunales en cada visita, y el tema se hizo oficial con la renuncia de varios secretarios de despacho, principalmente de la gobernación, quienes ya han salido a hacer campaña.
Quizás, como hace bastante tiempo no ocurría, la baraja de nombres actualmente está bastante amplia. Hoy pareciera que cuanto diputado, concejal o exsecretario existe es precandidato a la alcaldía de Ibagué, quizás sin siquiera haberse ganado el espacio o haber hecho méritos. Aunque,aquello pudiera ser positivo, teniendo en cuenta que entre más gente haya, mejores oportunidades hay de elegir al mejor de todos, la candidatura no debería convertirse en una cometa para distraer o ser palos en la rueda a aquellos que realmente sí quieren y tienen opciones para llegar. Actualmente son 15 personajes los que han afirmado querer aspirar
En el caso de la gobernación el asunto pareciera estar más o menos decantado. Guillermo Santos Marín, quien por estos días se recupera de una dolencia cardiaca, será el candidato del desprestigiado Partido Liberal, a quien el resto de nombres, entre los que se destacan Ricardo Orozco, Mauricio Pinto y Alfredo Bocanegra, deberán derrotar con el fin de no ceder el mando, que desde hace tres gobiernos viene turnado entre rojos y azules. Si el Partido Conservador y el movimiento político del actual gobernador Óscar Barreto es inteligente cerrará filas en torno a uno de esos nombres,contando con el apoyo de los otros dos, pese a los egos y rencillas; y no los pone a dividir votos, tal y como ocurrió en la pasada campaña presidencial, en donde muchos se fueron con Duque y no con Vargas Lleras.
Luego de lo ocurrido con el exalcalde Luis H. Rodríguez, lo más lógico es que al palacio municipal no fuera a llegar ninguno de sus aliados políticos, defensores o compinches, quienes merodean por allí, no por temor a que alguno de ellos sea tan ingenuo de repetir el saqueo, sino por respeto al pueblo ibaguereño, que bastante ha sufrido hoy reclama gobernantes serios, capacitados, con carácter y honestos, aunque aquello último pareciera una utopía en Colombia.
Es momento de que los tolimenses empecemos a pensar en gente joven, que si bien de a poco ha empezado a construir carrera, cuenta con las capacidades y anhelos de trabajar por una mejor región. Nombres como el de Jaime Eduardo Reyes, Camilo Delgado, e incluso el de Andrés Fabián Hurtado, hacen parte de una misma generación, que bien pudieran regir los destinos de la capital del Tolima, eso sí, con carácter, firmeza, y sobre todo rodeándose de gente de la academia, de los gremios, de las juventudes, y priorizando los conocimientos y capacidades, antes que las corbatas y puestos por compromiso, que tanto mal le han hecho a los últimos mandatarios.
Basta ya de aquellos hombres de siempre, de quienes ya tuvieron chance de intentarlo y no pudieron o no cumplieron. No más política trasnochada, y eso debería incluir también a la administración departamental, en donde el gobernador más joven ha sobrepasado los 50 años.
¡Que vengan los nuevos liderazgos!
