Con sus diferentes remoquetes la secta marxista en las protestas que se llevan a cabo por estos días en el país busca utilizar a la población, perjudicándole su diario vivir con actos vandálicos y terroristas, puesto que la especie humana para el comunismo solamente es un instrumento para alcanzar sus fieros fines; de la misma manera como si fuera un sino trágico en el conflicto político-militar que ha vivido Colombia por 6 décadas, se pretende responsabilizar a toda la ciudadanía, siendo eso algo muy parecido al pecado original que nos narra la Biblia, recalcando que la culpa de todos los dolores que ha padecido el pueblo colombiano por el conflicto armado, indiscutiblemente es del marxismo-leninismo, que en su aplicación práctica ha conducido al país por los senderos de la vesania.
El pecado original o ancestral que es la desobediencia cometida por Adán y Eva en el Edén según la Biblia en el libro del Génesis, de acuerdo a algunos de los primeros padres de la iglesia es compartido por la humanidad de generación en generación, lo que significa que es un pecado heredado. El apóstol San Pablo en Romanos 3,23 afirma: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Análogamente en el conflicto político-militar de Colombia, propiciado por las guerrillas marxistas-leninistas para la toma del poder, pretenden que la responsabilidad sea de todos los colombianos por obra y gracia de la Comisión de la Verdad.
La Comisión de la Verdad presidida por el jesuita Francisco de Roux, antes de culpar a los 50 millones de colombianos como ocurre con el pecado original, tiene que admitir en primer lugar que los nacidos en esta tierra durante todos los tiempos no le pedimos a nuestros progenitores nacer en el país (aunque eso no quiere decir que no nos sentimos orgullosos de nuestra nacionalidad), pero en la perversidad del comunismo totalitario que abrazan las organizaciones terroristas de las Farc y el ELN los seres humanos son simples cosas para satisfacer los apetitos burocráticos de sus élites, y ahí no vale la patria. Por eso antes de tratar de exculpar a las guerrillas únicas responsables de la tragedia vivida en 60 años, la Comisión de la Verdad debería ver el componente ideológico del conflicto en donde está inmersa la doctrina marxista-leninista.
Hay que recalcar que no solo en Colombia surgieron guerrillas comunistas en la década de los sesenta del siglo pasado, sino que eso también ocurrió en 13 naciones de Latinoamérica, lo que en la lógica indica que esa situación no fue algo particular en nuestro país, sino que respondía a una acción geopolítica por parte del comunismo internacional que impulsaba la URSS a través de su satélite cubano, con la guerra fría, y las tales condiciones objetivas no eran más que un pretexto para alcanzar el poder, al igual que lo hizo Hitler en Alemania a principio de la década de los 30 del siglo pasado, quien también proclamaba defender a los pobres y decía ser socialista y revolucionario.
De acuerdo a lo anterior, la teología de la liberación, que es una patraña comunista para engañar a los cristianos católicos, especialmente, no se puede confundir con la doctrina social de la iglesia que se dio desde sus comienzos con los primeros apóstoles buscando el bienestar de la comunidad, pero sin pretensiones de poder político, el cual fue rechazado por el mismo Jesús cuando Satanás se lo ofreció (Lucas 4: 5-8).
Conociendo el carácter diabólico del marxismo-leninismo acatado por las Farc y el ELN,queda descartado de plano que el conflicto político-militar en Colombia tiene que ver con las reivindicaciones de los más humildes, pues las bandas armadas tenían objetivos precisos dentro de un contexto mundial en la década de los sesenta, que posteriormente con la caída del muro de Berlín hace casi 32 años, acomodaron con el narcotráfico sus pretensiones para la toma del poder sin importarles lo que sucedía en el contexto mundial, debido a que los seguidores del marxismo-leninismo por su conciencia mágica son irracionales, por eso poco les importa la realidad, pues lo que buscan es someter a los demás a una dictadura perpetua.
Ojalá la Comisión de la Verdad haga caso omiso a las palabras del sátrapa Lenin, quien consideraba a la verdad como un prejuicio burgués, diciendo también que a base de mentiras se pueden construir verdades, por eso la guerra insurgente de la que hablan algunos curas se le tiene que dar la dimensión trágica que le corresponde, sacando en claro que el comunismo totalitario en la práctica con las guerrillas de las Farc y el Eln, es el único responsable de la tragedia nacional vivida en 57 años.
Como en el pecado original, responsabilizar a toda la ciudadanía colombiana del conflicto armado es un despropósito, porque los delitos son individuales y en el caso de las Farc, ELN y los otros grupos terroristas narcocomunistas que han surgido en estas décadas, estos tienen la responsabilidad colectiva. Así pues, cuando el padre Francisco de Roux menciona la guerra insurgente queda demostrado que esta ha sido propiciada por grupos armados con ideología y propósitos políticos definidos, así que hay que sacar a los más de 50 millones de colombianos de toda culpa y que responda la insurgencia (término muy eufemístico) que buscaba y busca conquistar el poder.