''Un buen muerto'', así se expresaba Uribe con ocasión del asesinato de Carlos Areiza, involucrado en la investigación en su contra por presunta manipulación de testigos.
¿Acaso la muerte borra de un tajo los pecados y las liviandades del ser humano? ¿Es la muerte el sitial redentor para conseguir enaltecer la memoria, sea cual fuere nuestro comportamiento?
Dos muertos más importantes que los otros, cuya memoria se obliga a ser redimida por los de amansalocos.
Creen que en forma instantánea se olvida y que el prontuario queda impoluto. ¡No!
Han de equivocarse los del protocolo, con el manido requiem, las odas y el obituario. Será por cuatro o cinco días, solo eso. Después, a rendir cuentas históricas.