Parafraseando a Marx, “Un fantasma recorre” Colombia, es el fantasma del antipetrismo. Casi todos se han unido contra Gustavo Petro, hasta él mismo a veces pareciera que se ha unido a sus enemigos. Ya veremos porqué.
“Todos contra Petro”, es la consigna a seguir. Desde los uribistas, pasando por los vergonzantes y resentidos de la izquierda y de las ex guerrillas del M19 y EPL, e incluso, hasta los matices “obrero” y “revolucionario” del MOIR, hasta los escuálidos verdes como dirían algunos. Ni que decir del “sistema” y sus medios de comunicación, ya que, para el antipetrismo, los gremios de la producción, del comercio y la banca, se dan por descontados.
Pero, por qué le temen a Petro, al tiempo que lo odian. Lo odian el MOIR y los verdes, porque les salió adelante, se les escapó otra vez en las encuestas, al tiempo que la carga de resentimientos de estos grupos es la reserva de la tradición histórica de la izquierda colombiana, de apuñalearse ella misma cuando ve que alguien salido de sus entrañas se adelanta en el camino.
La izquierda universal, y con ella la colombiana, es divisionista por antonomasia, practica las puñaladas traperas entre sí, y hasta se alinea con el enemigo, como lo ha hecho tantas veces el MOIR, con tal de ver que nadie lo supere.
Si algo tiene la derecha, es que a través de la historia ha sabido unirse, pero, sobre todo, ha sabido dividir a su oponente. Alaga a un sector, con tal de darle envidia al contrario político. Posiciona de intelecto a unos, mientras a otros los tilda de “comunistas”.
Precisamente en el reciente Chile, los socialistas siempre se han creído de mejor familia que los comunistas, por eso, para ellos, eran mejor estar con los demócratas cristianos que con los comunistas, solo, que esta vez, los comunistas, después de haber sido despreciados, hoy se alzaron con un triunfo aliado entre luchadores contra el pinochetismo.
En España, después de muchas décadas, los socialistas, otros de “buena familia”, aceptaron estar juntos con los comunistas en un gobierno. En Portugal, ni se diga. ¿Pero por qué en Colombia no?
No, porque el bloque de poder colombiano sabe jugar, dividir y hasta asesinar a unos y no a otros, con tal de mostrar que unos son malos, pero que otros son buenos “interlocutores”. Es por eso, que Petro, que no es ni ha sido comunista, pero que no aceptó el lado de los “buenos” como Navarro Wolf, quien siempre ha coqueteado tibiamente con el sistema, y representa los “buenos” de la izquierda.
A Petro el sistema no le perdona, que, en solitario, cuando todo el país apoyaba a Uribe, se le enfrento a éste, lo denunció y desenmascaró la doble política del establecimiento colombiano, que, por un lado, todos, políticos, empresarios, medios de comunicación, Iglesia, y hasta los Estados Unidos y la Comunidad Europea, mientras hablaban del país/Colombia, como la mejor democracia de América Latina, por otro lado, se asesinaban campesinos, líderes sociales, sindicalistas y gente de izquierda.
Petro supo diferenciar, hasta el punto que arrinconó al sistema y sus aliados en el Congreso, conduciendo a muchos de ellos a la cárcel, como al célebre y temible “Gordo” García, quien hoy purga una pena de 40 años.
No en vano ante esta situación, el Grupo GEA (Grupo Empresarial Antioqueño), el famoso Sindicato Antioqueño, uno de los cuatro imperios económicos del país, le prohibió en su momento a Sergio Fajardo, que no se uniera a Petro en una segunda vuelta presidencial, tal como en efecto sucedió en 2018, cuando éste se fue a ver ballenas. Pero qué vainas, hasta el MOIR secundó al capitalismo paisa.
El antipetrismo de hoy está cargado de resentimiento y odio hacia la personalidad de Gustavo Petro, que guste o no guste, con errores y personalismo, se ha caracterizado por sus denuncias con pruebas en mano en contra del Estado mafioso colombiano y su combinación de “formas de explotación” basadas en el asesinato “gota a gota” de líderes sociales, sus alianzas con el paramilitarismo, la usurpación de tierras y baldíos, la exención de impuestos para grandes empresarios, el aumento de impuestos indirectos como el IVA para la gran masa poblacional, esa que escasamente gana entre uno y dos salarios mínimos, el aumento de la edad de pensión y la reducción de beneficios sociales para la clases media y baja.
Pero es que Petro, con lo frentero que ha sido, cae en los errores que en política no pueden suceder a todo rato, como, no saber DISIMULAR SUS INTENCIONES. Petro en estos casos, no disimula, porque en esencia, CASI TODO DEPENDE DE SU PRESTIGIO; y lo DEFIÉNDE A MUERTE.
Todo esto le ha valido, ganar en “acciones y argumentos”, pero también, ganar enemigos por todos lados.
Pero si lo anterior es fuente de ganancia, Petro olvida que “a veces hay que decir menos de lo necesario”, y, sobre todo, hay que saber diferenciar, que “El momento del triunfo es a menudo el momento de mayor peligro. En el fragor de la victoria, la arrogancia y un exceso de confianza en sus fuerzas pueden llegar a impulsarlo más allá de la meta que se había propuesto en un principio, y al ir demasiado lejos serán más los enemigos que se creará que los que logre vencer. No permita que el éxito se le suba a la cabeza”. En ocasiones, pareciera que a Petro las victorias políticas se le han convertido en arrogancia, lo cual le ha graneado acumular enemigos por doquier. “No hay nada como la estrategia y la planificación cuidadosa. Fíjese un objetivo y, cuando lo alcance, deténgase”.
Petro no se detiene, trata de mostrarse “DEMASIADO PERFECTO”, y quizás en ese afán de ganarlas todas, asume el peligroso papel de “mostrarse superior a los demás, pero lo más peligroso de todo es parecer libre de toda falla o debilidad. La envidia genera enemigos silenciosos. Lo inteligente es poner de manifiesto, de vez en cuando, sus defectos y admitir vicios inofensivos, a fin de desviar la envidia y parecer más humano y ascesible. Sólo los dioses y los muertos pueden parecer perfectos impunemente”, y he ahí un grave error que Petro está cometiendo en esta campaña electoral, cuando en ese afán de perfección, habla y pontifica de lo divino y lo humano, ya que, para él, no hay nada mejor que, BUSCAR LLAMAR LA ATENCIÓN A CUALQUIER PRECIO.
Si Petro quiere ganar anticipadamente, debe apresurar el paso, pero tiene que CONTROLAR LAS OPCIONES, de tal manera “que otros jueguen con las cartas que reparte”.
En este sentido, “ignorar al enemigo es la mejor de las formas de imponerse”, por eso no debe estar cazando peleas, motivando debates y darles temas a sus contrincantes, ya que, “Al prestar atención a un problema trivial, lo convierte en real y le confiere importancia. Cuanta más atención le preste a un enemigo, más lo fortalecerá. Y, a menudo, un pequeño error se magnifica en el intento de corregirlo. A veces, lo mejor es dejar ciertas cosas por completo de lado. Si hay algo que usted desea, pero no puede obtener, menosprécielo. Cuanto menos interés demuestre, mayor será el nivel de superioridad que verán los demás en usted.
Un caso donde Petro jugó bien, fue cuando “despreció” a Robledo en la discusión sobre la explotación de petróleo, pero que, al triunfar en la indiferencia, acrecentó el resentimiento del MOIR hacia la figura de Gustavo Petro.
Y es que, al antipetrismo no se le debe dar juego con más petrismo, por eso Petro en el fondo de esta batalla electoral tiene que despojarse de sí mismo, por lo que debe ser “CAMBIANTE EN SU FORMA, Al adoptar una forma definida y tener un plan claro para todo el mundo”, para de esta manera, no convertirse en el blanco de ataques diversos.
En tal sentido, Petro tendrá que Aceptar “el hecho de que nada es absoluto y de que no existen las leyes fijas. La mejor forma de protegerse es mantenerse tan fluido y amorfo como el agua. Nunca apueste a la estabilidad ni a un orden perdurable. Todo cambia”. Y la política es cambiante.
Si bien hay que llamar la atención, también hay que decir menos de lo necesario para no errar, con tal que la gente vaya hacia a Usted, en medio de los grandes espectáculos de supremacía que hay que montar, por eso para el final de esta campaña electoral, no hay mejor táctica, que finalmente concentrar la fuerzas.
Si Petro entiende, que apresurar también es ir despacio y ser prudente, gana. Al antipetrismo se le gana con menos Petro, pero también, con más Petro al mismo tiempo.
Nota: Las comillas son textos de Las 48 leyes del poder, de Greene, Robert.