El día no comenzó bien en la localidad. Desde las seis de la mañana empezaron los disturbios en los alrededores del portal. Y aunque en un principio se pudo mantener el orden en medio del caos, a esta hora las cosas están fuera de control.
Además de que el tráfico quedó interrumpido (el Portal Suba no prestó servicio en casi todo el día y las vías están bloqueadas, afectando a los habitantes de una de las localidades más densas), los enfrentamientos entre los manifestantes y el Esmad escalaron, al punto tal que el nivel de agresión subió a niveles insospechados.
Durante toda la jornada, especialmente en la tarde y en la noche, las piedras han servido como armas y los contenedores como barricadas para quienes están en las calles, que cada vez parecen ser más. Las dos tanquetas que trajo el Esmad, con todos sus artefactos, y los uniformados que hay en la zona no han podido mitigar los desmanes (que quién sabe cuándo acabarán).
De hecho, a esta hora hay una conflagración en la esquina de la Avenida Suba con Avenida Ciudad de Cali. Las llamas llevan más de una hora y aún no se han podido apagar: hombres encapuchados le prendieron fuego a los contenedores que más temprano usaron como barrera y, aunque el Esmad intentó apagarlos, no lo logró. Hasta ahora acaba de hacer presencia un camión de bomberos, que con suerte logrará calmar el incendio.
Pero eso no es todo, algunas personas, no me gusta llamarlas vándalas pero no sé cómo más decirles, se metieron al portal a robar bicicletas y a saquear las taquillas. Mientras tanto, otras más andan rompiendo los vidrios del Supercade y robándose los equipos que ahí se encuentran. Hay imagenes, muy indignantes por cierto, de hombres cargando pantallas y torres de computadores. ¿Qué es eso? ¿Qué les pasa?
#Bogotá | ¡Grave situación en Suba! Vándalos ingresaron al Portal de Transmilenio y están saqueando el lugar #AsíVaElParo https://t.co/gVXz2OWg4g pic.twitter.com/3PMao8i4V0
— BluRadio Colombia (@BluRadioCo) November 21, 2019
Sí, estamos hartos de la situación y del gobierno Duque, pero eso no justifica que destruyamos la ciudad que nos acoge, ni la localidad en la que habitamos. Destruir los bienes públicos es clavarse una puñalada, es dañar lo que nos pertenece y es de todos. ¿Acaso de dónde cree que saldrán los recursos para pagar los platos rotos de esta protesta? De su bolsillo, del mío y del de millones de bogotanos.
Bogotá es una ciudad hostil, lo entiendo, pero no dejemos de lado la solidaridad con el prójimo. Suficiente tenemos con la clase dirigente atacándonos como para perjudicarnos entre nosotros mismos.