Los colombianos estamos tan acostumbrados a la violencia que la noticia de un asesinato ya parece más bien la de un anuncio publicitario. La putrefacción del sistema político hace que noticias como la del león Júpiter, escondan los asesinatos y muertes que, sin justa causa, ocurren diariamente en el país.
Pero y, ¿cuáles muertes? Si es que aquí diariamente la gente, sino muere esperando un diagnóstico médico, es porque la robaron, por hambre, por pobres, por extorsiones, o peor aún, por alzar la voz y exigir justicia en las zonas más golpeadas por el conflicto armado. Sí, a eso me refiero, al asesinato de quienes por amor, luchan por la reinvindicación de sus derechos, algo tan sencillo, como el derecho a tener una vida digna, tranquila, en paz.
Si quieres sentenciar tu pena de muerte en Colombia, sencillo: conviérte en un líder social, sí, así mismo, en un líder social porque a estos los vienen matando como a vacas en un matadero, nada más es que suene el gatillo asesinando a uno, para que en menos de 24 horas caiga el otro. Dentro de los recientes asesinados, se encuentra Hamilton Gasca, menciono su nombre porque ya son tantos, que algunos medios solo hablan de números, listas; y él, simplemente fue uno más que cambió la cifra, ¿275? ¿500 en los últimos años? Son tantas las fuentes y los números que generan confusión.
A Hamilton lo mataron junto a sus dos hijos: Kevin, de 14 años y Rober, de 11. Vivía en la Vereda La Consolata, municipio de Piamonte, departamento del Cauca. Lo mataron por ser integrante, junto a su familia, de la Asociación Sindical de Trabajadores Campesinos de Piamonte (ASIMTRACAMPIC), filial de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria Fensuagro, que lucha por los derechos de la comunidad campesina del mundo. Esto fue una masacre, pero quién iba a saber de la existencia de una vereda llamada La Consolata, por allá en esa zona “caliente” del Cauca.
Mientras tanto, su esposa y su último hijo de 7 años, quienes lograron salvarse, deberán esconderse con sus propios medios, pues el Estado “ya bastantes problemas tiene”, ¿y la gente? Solo intenta sobrevivir en un país donde se vive atado de manos y pies: o te adaptas, o te matan.
Al menos ocupamos un primer lugar en el mundo, sí, Colombia encabeza la lista del Top de la vergüenza al ser el país más sangriento para los defensores de los Derechos Humanos; esto, según el último reporte de la ONG irlandesa Front Line Defenders (FLD), publicado en el diario londinense The Guardian. A fin de cuentas hay temas mucho más preocupantes de que hablar como la chaqueta de foami que lució la primera dama para la visita del presidente Duque a Donald Trump en la Casa Blanca ¿Qué no era de foami? Eso fue tendencia.