"Te amo, mamá", "te amo, papá", "abuelo, cuánto deseo que sigas a nuestro lado", "abuela, gracias por tus consejos", "hermana, te amo", "hermano, te amo", "esposa, te necesito", "esposo, te necesito", "amiga, tú eres parte de esta familia, gracias por hacer parte de mi vida".
¿Cuánto nos ha robado el mundo? ¿Qué sentimientos aun sintiéndolos no expresábamos? ¿Será que el afán de la vida nos tenía absorbidos? ¿Hace cuánto no llamabas a un ser querido que estaba lejos? ¿Cuán abandonado tenías tu alma y espíritu? ¿Hace cuánto no hacías una oración?
El verdadero valor de la vida se perdía en los afanes del consumismo, ni aun estando en casa con nuestros familiares al lado estábamos realmente con ellos.
¿Cuantas veces saliste bien temprano y regresabas de noche y no viste a tus papás si aún vives con ellos? ¿O no pudiste darle un beso a tu hija o hijo? ¿O no hablabas con tu esposa o esposo?
Ha llegado la hora de que todo no vuelva a la normalidad, si lo normal era todo aquello que hoy nos deja un interrogante, entonces ha llegado el momento de que las cosas cambien, que sean diferentes, de que el amor se muestre y que lo realmente importante tome su lugar, su tiempo y espacio.
Hoy se desbordan las redes, actores, deportistas, lideres, con grandes ayudas humanitarias, y, que bueno, aplaudimos eso, el mundo te necesita, este planeta nos necesita, pero entonces: ¿necesitábamos sentir lo que está pasando para hacerlo? ¿Qué pasará cuando todo termine? ¿Seguiremos entregado alimentos? ¿Seguirán las empresas reconociendo salarios dignos como muchos que han seguido pagando sin estar laborando?
¿Cuánta falta dar un abrazo? Hoy no puedes, no podemos.
¿Cómo falta darle un beso a tu abuela o abuelo? Hoy algunos solo pueden verlos en videollamadas, si tienen suerte, otros no podrán hasta que pase la crisis.
Este tiempo nos ha llevado a un análisis, nos ha dejado sentir, expresar, temer, llorar, extrañar y amar. Esto último, sin duda es lo más importante: amar. Todo pasa y el amor nos queda. Las obras buenas son producto del amor. Sin amor nada somos, simplemente bobos útiles, con amor somos todo. El amor une el cuerpo, alma y espíritu.
Ama sin medida y entregarás todo de ti, no pierdas tiempo en cosas menos importantes. Esta situación nos ha enseñado que el amor y el tiempo que no se dan a los seres queridos más tarde harán falta y es poco probable que se puedan recuperar. Por eso ámalos y disfrútalos, siempre y a cada instante. Diles hoy, si puedes: "familia, la amo".
Paz y bien, ¡Dios los bendiga!
