Hasta hace muy poco era difícil imaginar que Boyacá diera ejemplo a nivel nacional en la construcción de la paz. El 2 de octubre de 2016 ganó el sí en el plebiscito. Esto fue sin duda una conquista para los boyacenses, el único departamento del centro del país que si bien padeció los efectos del conflicto no lo hizo con el mismo rigor que otros departamentos.
Ahora bien, el viernes 3 de noviembre, el gobierno departamental, la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) y la universidad Santo Tomás convocaron al foro “Cómo va la paz”, con el que concluyó un proceso de formación de ciudadanía que inició en abril de este año, liderado por Adriana Camacho León, quien se desempeña como secretaria de Desarrollo Humano de la gobernación.
Este evento tiene una implicación política de gran magnitud. En primer lugar, el hecho histórico registrado en las imágenes, pero sobre todo en la memoria y el corazón de quienes estábamos presentes, de ver a Carlos Lozada, excombatiente de las FARC-EP y a Fredy Rendón, excombatiente de las AUC, estrechándose la mano , compartiendo sus experiencias y encontrando muchas coincidencias en sus apreciaciones sobre los procesos de paz en Colombia.
Del evento quedaron claras varias conclusiones. La primera, se puede resumir con lo que dijo León Valencia: “Cuando un Estado firma un acuerdo hay que hacerlo valer”. La segunda está relacionada con los incumplimientos de los acuerdos por parte de los gobiernos que han negociado con los actores armados, tema en el que coinciden tanto Fredy Rendón como Carlos Lozada. La tercera, es que la verdad debe ser un imperativo de cualquier proceso; aunque 45.000 compulsas de copias de testimonios de los excombatientes de las AUC no hayan tenido trámite en la justicia colombiana según Rendón.
De otro lado, Ariel Avila, analista político, con sobrada razón, reflexionó sobre lo absurdo del debate que estamos dando los colombianos entre la paz y la guerra. Mencionó: “Hay que tenerle miedo a la guerra no a la paz”. Como paréntesis cabe decir que la JEP, sin duda, es una amenaza para quienes han sido patrocinadores de la guerra en Colombia, todos los actores del conflicto incluyendo los militares activos y exmilitares se han acogido a la Justicia Transicional, son los terceros, financiadores, determinadores en muchos casos los que se oponen visceralmente a este mecanismo.
Retomando, la paz se hace con acciones, por eso es contundente el hecho de que un gobierno departamental emprenda procesos de formación ciudadana y abra espacios como este que convoquen a la sociedad a participar de la construcción de la paz. De hecho, con la siguiente frase Carlos Andrés Amaya, gobernador de Boyacá, instaló el evento: "La paz está por encima de cualquier otro planteamiento político. Este país debe tener más argumentos que odios” . Justamente de eso se trata, de la necesidad de comprender que la paz es el bien supremo, que si las víctimas y los excombatientes se la están jugando resulta incomprensible que ciudadanos que solo han visto la guerra como espectáculo en televisión pretendan condenar a todo un país.
Paradójicamente, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia cerró el espacio para un evento propuesto por estudiantes con Jesús Santrich, aunque sorprende gratamente el hecho de que la ESAP y la Universidad Santo Tomás, liderados por el gobierno departamental, hayan asumido el reto de abanderarse de la discusión ciudadana.
Para terminar, Tunja fue la primera ciudad colombiana que refrendó los acuerdos suscritos entre el gobierno y las FARC-EP y se declaró como territorio de paz, mediante un Cabildo Abierto, el pasado 4 de abril. Estamos de acuerdo con el gobernador cuando dice: “Boyacá está caminando por una senda nueva para tratar de entender que si somos diferentes , eso no nos hace enemigos”
Bienvenida la paz.
