Hace más de un año varios colegas recién egresados de la universidad encontramos en el Diario del Cauca la oportunidad para ejercer el periodismo, circunstancia que nos permitió comprometernos con la labor de informar día a día. Sin duda, esto aportó en nuestra formación como profesionales durante todo ese tiempo y con el trabajo adquirimos experiencia a pesar de las pocas herramientas que se nos proporcionaron para enfrentarnos al campo. Por el escenario que nos abrieron, siempre estaremos agradecidos.
Sin embargo, las directivas de la empresa, quienes mantuvieron ideas poco flexibles sobre el periodismo, limitaron la creatividad y el desempeño de nuestro trabajo. Asimismo, el hecho de adelantar dos o más días la construcción de las ediciones del periódico, restringió el desarrollo de la reportería diaria. A pesar de esta dinámica, la labor se realizó y agradecemos a los lectores que la resaltaron.
Lastimosamente la situación en el Diario del Cauca se agudizó luego de que por diferentes motivos tres periodistas renunciaron a sus cargos (entre ellos un fotoreportero) y uno salió a vacaciones, lo que generó que su trabajo fuera designado a quienes se mantenían en la empresa y se produjera sobrecarga laboral, deterioro físico y mental porque la jornada fue extendida de 7:00 a.m. a 7:00 p.m.
Por lo anterior, los cinco periodistas, la correctora de estilo y un diseñador decidimos liderar un proceso para reclamar respeto, dignidad y derechos laborales, teniendo en cuenta que la sobrecarga de trabajo no estaba contemplada en el contrato inicial. Entendiendo además que si no actuábamos con rapidez aceptaríamos por defecto las reglas de Hernando Suárez Burgos (propietario del grupo editorial El Periódico, al que pertenecen 16 Diarios Extra, Diario del Sur y Diario del Cauca), y quien tiene por política no reemplazar los periodistas que se retiran; igualmente de transmitir a través de sus subordinados (gerentes y editores) ideas como: “el trabajo debe ser de 18 horas”, “a quien no le guste puede cambiar de sector y de empresa”, “tengo dos mil hojas de vida en el escritorio”, “pueden renunciar todos y yo en menos de un día traigo la mitad del personal”, etc.
En este sentido y al ver que no conciliamos el reintegro de los cuatro periodistas y que solo nos ofrecieron un incremento de 50 mil pesos por la recarga laboral, acompañados de la frase “y al que no le guste, me pasa la carta de renuncia”, decidimos en conjunto realizar una dimisión colectiva motivada y acordamos entre los siete salientes mantener en reserva el caso a pesar de nuestro desacuerdo. No obstante, tras la publicación de la editorial “La crisis del Periodismo”, emitida el 10 de julio en el Diario del Cauca y escrita por Carlos Villamil, decidimos realizar el presente pronunciamiento.
La mencionada editorial está fundamentada en falacias que atentan con nuestro buen nombre, dignidad y ponen en entredicho nuestro profesionalismo. En consecuencia esconde la verdadera razón y el trasfondo del problema que nos llevó a renunciar al Diario del Cauca, ya que se nos tachó de facilistas, pero se les olvidó analizar las condiciones de trabajo a las que fuimos sometidos los periodistas con tal de hacer cumplir las labores. Por ejemplo, aceptar determinaciones sin objetar, bajo el temor de las represalias del propietario y ser advertidos de no tratar con colegas de otros medios informativos de la ciudad.
Otro aspecto que influyó es el vínculo de las estructuras políticas con el periodismo, lo que actualmente parece continuar en la mayoría de medios. Ante esto, lo ideal es que los contenidos producidos por las diferentes plataformas mediáticas no estén manipulados por la gerencia, y aquí es importante resaltar que solo la solidaridad y unidad del gremio contribuirá con desplazar paulatinamente la censura y autocensura que se han venido gestando dentro del oficio.
Es por esto que, nuestras acciones hoy responden al valor de hacerle frente a los problemas y actuar ante las injusticias sin el miedo a perder nuestros puestos de trabajo.
Así las cosas, consideramos que es menester de todas aquellas personas que decidieron vivir de la comunicación unirse sin distingos, dejando a un lado el recelo de exponer las ‘chivas’ informativas o crear un enfrentamiento en torno a los ideales de un medio determinado. Unidos podemos exigir dignificación de nuestra labor, pues sabemos que esta es menospreciada y mal pagada por el gremio empresarial. Si bien promovemos la libertad de expresión, también debemos organizarnos para exigir mejores condiciones laborales.
Finalmente, queremos agradecer a los colegas que se solidarizaron con nuestra causa, ya que sabemos que son conocedores de esta realidad; a los demás los invitamos a unir sus voces por la dignificación del periodismo, elemento constructivo de una sociedad.
#SolidaridadPorElPeriodismoCaucano
Atentamente:
Duber Ruiz
Mónica Jiménez
Tatiana Prada
Marcela Moncada
Richar Vidal
Jhon Mera
Javier Ortega