Me disculpan las groserías, pero eso fue exactamente lo que un colega le dijo a una muy amiga suya cuando lo llamó a pedirle ayuda laboral para un hermano que estaba en la olla: "Usted sabe Carlitos que siempre hay un familiar en circunstancias difíciles; me da pena molestarlo", y entonces mi amigo se despachó: "Tranquila mija que en toda familia hay un vaciado, una puta y un marica". "Bueno, pues yo sé que mi hermano es gay, acuérdate. Pero a la puta de la familia todavía no la conozco". Y es que uno no sabe las personas cómo pueden tomar los comentarios, por más amigos que sean.
Para meter la pata no hay sino que abrir la boca. Hace poco leí un artículo que recomendaba no abordar ciertos temas en reuniones de cualquier índole, para evitarse problemas: homosexualidad, política, cigarrillo, aborto, fútbol, cirugía estética, utilización del dinero, matrimonio, manipulación genética, pena de muerte, amistad entre hombre y mujer, tecnología, mascotas, toreo, licor y muchos más. De inmediato comienza uno a acordarse de las embarradas de los demás y de las propias que van desde dañar reuniones hasta dañar amistades y matrimonios. De ahí nació esta columna. Comencé a hacer memoria y escogí algunos temas para compartirles las siguientes anécdotas:
Política: "Esa viejita orina azul de metileno"
Esta le sucedió a un señor que llegó colado a una reunión familiar; mejor dicho, de esos que se lleva uno de los hijos de la familia de puro atento y sin permiso. En medio de la conversación salió el tema partidista. Hablaron de pronto del hijo mamerto de una amiga, y salta al ruedo el colado y dice: "Ah, yo conozco a esa familia, pero raro que tenga hijo mochilero porque de lo goda que es esa viejita orina azul de metileno" y mientras soltó la risa toda la reunión quedó en silencio. De inmediato la señora de la casa le dijo: "Cómo le parece joven que yo soy conservadora también". Ya se imaginarán ustedes la delicia de momentos cómodos y agradables que siguieron después de semejante acierto.
Utilización del dinero: "En mi casa no se compra carne si yo necesito un jean"
Eso dijo en reunión una joven en Medellín delante de sus amigas, unas más acomodadas que otras en términos de dinero. El comentario que ella quiso hacer como un verdadero chiste, resultó aislándola. Fue tan desafortunado el comentario, que la joven no tuvo otra opción que irse.
Medellín, un nuevo tema a evitar: "Para un europeo Medellín no es el mejor sitio para vivir en Colombia"
Antes de que los paisas —a quienes quiero montones— me condenen, aclaro que esta es una anécdota que le sucedió a una amiga paisa y muy orgullosa de serlo. Ella cuenta que casi daña el matrimonio de una joven antioqueña con un ciudadano italiano que vinieron a explorar posibilidades de trasladarse a Colombia. El italiano preguntó qué tan bueno era venir a vivir a nuestro país y especialmente a Medellín, teniendo en cuenta todo lo que se escucha por fuera. A mi amiga se le ocurrió decirle que su tierra era maravillosa porque había gente feliz, amable, flores, música, arepa, y que para un nativo de allá —como su amiga y esposa del italiano— sería fantástico, pero que también tenía fronteras invisibles y muchas realidades muy complejas que si uno era racional no era el mejor destino para un europeo, si tuviera que recomendárselo. Y se armó la de Troya entre la pareja, y mi pobre amiga casi daña el matrimonio y casi pierde a todo su combo paisa. Concluyó entonces que Medellín y religión parecían temas igual de complicados para abordar.
Creo que el regionalismo, de paisas y de donde sea, es un tema delicado. Todo el mundo quiere su terruño aunque para uno sea un moridero. Hablar de "x" o "y" forma de las ciudades y de su gente, es un tema complicado. Tal vez quienes más madurez tienen en el asunto son los pastusos; ellos son quienes más nos han enseñado a que uno puede reírse de uno mismo sin complicaciones; ellos se aguantan que les digan que para poner un bombillo o para ordeñar una vaca hay que ubicar a un pastuso en cada pata para que le den vueltas a la mesa o suban y bajen la vaca; ¡son fantásticos!
Cirugía: "Marthica, te fue muy bien. Ni se te nota la operación"
Tengo un amigo médico con quien me disputo el título de metepatas. No sé él en qué estaba pensando cuando supo de la operación de su amiga. Entendió que le habían hecho una blaferoplastia o cirugía de párpados. Transcurrido un tiempo prudencial de recuperación, decidieron irse en grupo los amigos de Marthica a visitarla. Comenzando la reunión, y posterior a la pregunta de rigor de todos a su amiga de cómo estaba, mi amigo le dijo: "Marthica, pero te fue muy bien. Tienes los ojos perfectos. Ni se te nota la operación". Todos quedaron paralizados. A mi amigo le llovieron miradas, pellizcos, codazos... En fin. A Marthica le habían hecho la mamoplastia en ambos senos.
Homosexualidad: "¿José? Nooooo mijita, ese tiene una fama de maricón. ¿Por qué?"
Mi mismo amigo médico de la anécdota anterior tenía una amiga muy querida a quién no veía hacía mucho tiempo. Ella había llegado nuevamente al país hacía unos meses y se estaba reconectando con sus amigos. De hecho mi amigo me contó que estaba tan "buena", que iba a comenzar a "echarle los perros". En una de sus primeras vistas ella le preguntó: "Chino, me encontré con José de carreras. Hemos hablado un par de veces; ¿qué sabes de él? ¿Qué has escuchado?" Él, muy eufórico y como gran cosa le dijo: "¿José? Nooooo mijita, ese tiene una fama de maricón. ¿Por qué?". La visita se acabó muy rápido y mi galeno amigo no volvió a saber de ella hasta cuando seis meses después vio en las páginas sociales de El Tiempo la foto del matrimonio de su amiga, a la que le estaba "cayendo", con José.
"Lástima que le heredó las tetas al papá"
Había una reunión de ex alumnos de universidad para celebrar los 15 años de egresados. En un grupito había cinco de ellos. Ya todos casados y organizados fueron con sus esposas, menos dos. De pronto, apareció en el horizonte una mujer preciosa y de los dos que estaban solos, uno dijo: ¡Uy, miren esa vieja tan buena que viene allá. Lástima que le heredó las tetas al papá". Todos se quedaron callados y el del comentario se empezó a preocupar cuando veía que la mujer a la cual se había referido se dirigía hacia ellos. Antes de que llegara le preguntó al otro amigo que estaba solo: "¿Ella es algo suyo?", y le contestó: "Sí, le presento a mi esposa"...
Podría seguirles contando muchas anécdotas más, pero estoy segura de que ustedes tienen las suyas, las de sus familiares y las de sus amigos. Siempre, en algún momento meteremos la pata. Por eso no sean impulsivos en sus comentarios y traten de pensar antes de hablar. Hay muchos temas que es mejor que no aborden y que más bien dejen quietos para que no se metan en líos. La gente suele tener posiciones encontradas y hasta viscerales. Muérdanse la lengua. La mejor sugerencia para no pecar con estos temas es seguir la cátedra del catecismo del Padre Astete: " Ante la duda abstente".
Les reitero mis excusas por las groserías, pero si las quitaba las historias perdían gracia. Pero ya entrados en gastos los dejo con el siguiente chiste que por lo que uno se entera, no está nada lejos de la realidad:
Se encontraron dos amigos que hacía días no se veían, se saludaron y le dice el uno al otro:
—Hermano, me separé.
El otro lo interrumpe de inmediato y le dice:
—No me diga más. Déjeme felicitarlo. Su mujer era una zorra, todos nos la estábamos rumbeando. ¡Me alegra!
Retoma la palabra el primero y dice:
—Es que lo que yo quería contarle es que me separé de mi socio.
¡Que tengan un maravilloso resto de semana!