El barranquillero Tito Crissien coronó con el Presidente Duque después de 15 años como rector de la Universidad de la Costa, un centro educativo fundado por su papá y que ha resultado muy rentable para su familia. Hace cuatro meses, y a pesar de su cuestionada formación científica, el 4 de junio, se posesionó como Ministro de Ciencia y Tecnología. Se trató de un acuerdo político con el Partido de la U, en la recomposición del gabinete para el gobierno lograr gobernabilidad en la recta final del mandato. Duque recogió la hoja de vida de Crissien presentada por el senador José David Name y poco importó su precaria formación científica y un vergonzoso escándalo de plagio que puso a la comunidad académica en pie de guerra desde el primer día. El barranquillero llegaba con su propia agenda.
La historia de la familia Crissien en la educación superior privada en Barranquilla y la Costa Atlántica ha sido larga y poderosa gracias a sus buenas relaciones con la clase política. La cabeza de la familia, Eduardo Crissien Samper, excongresista, fue miembro fundador y rector de una de las primeras instituciones de educación superior en Barranquilla, la Universidad de la Costa (CUC), así como de la Corporación Universitaria Latinoamericana, desde las cuales contrataron sin freno con gobernaciones y alcaldías, asegurando su puesto en la política regional.
La ambición de Tito Crissien lo llevó en el 2011 a combinar la rectoría con la política electoral. Se lanzó con firmas a la gobernación del Atlántico mientras su hermano, Eduardo Crissien, alfil de Name, actuaba como representante a la Cámara con el Partido de la U. Aunque la aspiración fracasó, la casa Crissien se fortaleció y su universidad se benefició sellando alianzas con sectores políticos cercanos a los Char.
El hermano del ministro, Eduardo Crissien Borrero, es quien ha tenido la tarea de mantenerse activo en la política: concejal, diputado y en 2002 saltó a la Cámara de representantes como fórmula de Name con la U, en ese entonces Partido del Presidente Uribe, donde estuvo hasta el 2018. Eduardo no ha estado exento de cuestionamientos como la investigación en la que su nombre apareció durante las versiones que entregaron varios capturados del Bloque Norte de las Autodefensas relacionándolo con parapolítica en el Atlántico. Su elección fue demandada ante el Consejo de Estado con solicitud de pérdida de investidura por haber votado a favor de la aprobación del proyecto sobre el manejo de créditos del ICETEX, en el que se configuraba una presunto conflicto de intereses por los beneficios personales y familiares con la U de la Costa. El proceso no prosperó.
Tito José Crissien dejó la rectoría para asumir el ministerio después de dejar la universidad financiada a punta de contratos con el sector público. Su momento de gloria fue en 2005 hasta que fue nombrado ministro el 22 de junio de 2021. Durante su rectoría logró posicionarse en el top de contratistas de la primera alcaldía de Alex Char en el entre 2008 y 2011 y siguió con Elsa Noguera, camino que continuaron alcaldes de otros municipios, sin perder terreno en el Top 10 de los contratistas de la Costa Caribe. En menos de tres años, desde 2018, hasta su salida en junio del 2021, firmó 55 contratos por servicios educativos que suman más de $83.257 millones.
Sus tentáculos llegaron en forma a La Guajira. Desde el 2018 comenzó una contratación acelerada que superó los $30 mil millones posibilitado por cuestionados gobernadores como Wilder Guerra, Wilmer González Brito, Wilbert Hernández hasta el actual Nemesio Roys, quien le multiplicó la contratación. Copartidarios en el Partido de la U, Crissien dejó la rectoría dejándole amarrados a la CUC $20.000 millones para el 2021.
La figura de la contratación directa se aplicó para temas técnicos, jurídicos y administrativos pero incluyó asuntos relacionados con seguridad alimentaria para enfrentar el hambre en la pandemia, pero también para mejorar las capacidades en ciencia y tecnología en los colegios públicos del departamento. Dos de ellos, cada uno por más de $9 mil millones fueron firmados con un pie en la puerta de salida de la rectoría de la CUC en junio de 2021.
Una vez se dio su retiro su hermano Eduardo Crissien Borrero quedó como cabeza de la institución por delegación de la Junta Directiva , y será él quien se ocupe de continuar con la contratación.
La familia Crissien se ganó contratos no solamente con la Corporación Universidad de la Costa, sino también la Corporación Universitaria Latinoamericana en manos de su otro hermano, Eduardo Crissien Orellano, una de las empresas más beneficiadas de la contratación pública en Barranquilla durante los primeros años de la segunda alcaldía de Alex Char: en 2019, según La Silla Vacía, lograron contratos por $36.699 millones de pesos.
Estas dos instituciones, además de ser vecinas en la misma cuadra en Barranquilla, coinciden en varios de sus fundadores. En ambas aparecen los nombres de Eduardo Crissien Samper, Nulvia Borrero Herrera, Rubén Maury Pertuz, y María Ardila de Maury.
Además de La Guajira, la CUC consiguió también más de $ 19 mil millones en contratos con el Distrito especial y Portuario de Barranquilla, durante la segunda alcaldía de Char, que continuó sin pausa con el alcalde Jaime Pumarejo en la Alcaldía de Barranquilla
Estos son mis candidatos!@elsanoguerabaq @jaimepumarejo @BQSantiagoarias @heidybarrera03 pic.twitter.com/X6WlVQs4R1
— Tito Crissien (@TitoCrissien) September 30, 2019
La máquina de contratación del actual Minciencias ha sido efectiva en otros departamentos distintos al Atlántico y La Guajira: la gobernación de Sucre en cabeza Edgar Martínez, quien llegó respaldado por una coalición amplia, incluido Cambio Radical y el actual gobernador Héctor Olimpo Espinosa Oliver le entregaron contratos por $12 mil millones.
También tuvo contratos, aunque de menos valor, con la gobernación de Nariño, la alcaldía de Nueva granada en Magdalena, el municipio de Sincelejo, gobernación y alcaldía de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y en el Atlántico con la alcaldía de Malambo y Soledad.
El negocio de la educación que han montado los Crissien ha sido próspero económica y políticamente, una escuela que puede haber traído al Ministerio en el que lleva menos de seis meses y que le daría la razón a sus detractores, en cuanto se trataría más de un ministro contratista y buen negociante que el académico que todos estaban esperando en el recién nacido Ministerio.