Partiendo del hecho que la crítica es un ejercicio personal y luego de haber visto los primeros capítulos de los más recientes estrenos de los canales nacionales, solo puedo decir una cosa: Entre Tiro de Gracia y Sala de Urgencias que entre el diablo y escoja. La primera se estrenó el lunes con un despiadado 8,1 de rating en quinto lugar de los programas más vistos, lo cual era predecible pues aunque Robinson Díaz asegure que no se trata de una narconovela las cosas hay que llamarlas por su nombre; No solo es una narconovela, sino que es una narconovela ‘más’. La segunda corrió con mejor suerte luego de estrenarse al día siguiente marcando 10,7 puntos, lo cual también era predecible porque recibiría parte de la estera ganadora que trae consigo Diomedes y sus 15 puntos, igual que hacía El Laberinto de Alicia; es tal el éxito de la producción sobre el cantante que todo lo que pongan después se contagia del mismo. Siendo las cosas así RCN puede dar por superada su mala racha luego de dos años en las vacas flacas, y Caracol debe ir preparándose para lo que se le viene con el alargue de Diomedes.
Sin embargo hagamos el ejercicio de dejar el rating por el que tanto se esfuerzan ambos canales a un lado, hagamos como si este no existiera y centrémonos únicamente sobre lo que esta semana nos mostraron el uno y el otro a ver qué tenemos:
El primer capítulo de Sala de Urgencias estuvo saturado. Hubo exceso de personajes, de historias, de hechos y dramáticamente sucedían tantas cosas en un solo minuto que daba la sensación de que intentaron comprimir diez capítulos en uno solo. Hay dos grandes preguntas que aún no logro responderme, la primera ¿Cuál es la diferencia de esta serie con las dos temporadas de A Corazón Abierto? Es decir, ambas contaban las historias de un grupo de médicos en un hospital que se enamoraban los unos con los otros, y cada paciente que llegaba daba pie a una trama diferente. Hasta el mismo protagonista -que ya tiene derecho a un Honoris Causa en Medicina- comparten las dos series, o bueno, eso si Rafael Novoa es el protagonista pues la segunda pregunta es justamente esa ¿Quiénes son los protagonistas? Además de la sobreactuación y la exageración, no fue claro sobre quien se centraba esta historia o a cuál había que prestarle más atención.
Por eso mismo la sala de urgencias tuvo más pinta de manicomio que de otra cosa. Un médico con acento mexicano y tintes de español informa a un hombre que su hermano muere, provocando así que éste se convierta en un gorila demente quien lanza al único vigilante del lugar por los aires, no sin antes quitarle su arma para dispararle al conductor del bus que ocasionó el accidente. Cuando le dispara en la cabeza, el conductor se vuela con la bala recién incrustada. Todo esto sucede mientras en otro lado del hospital vemos un ojo siendo extraído de la cabeza de su dueño, y otro médico se salta los protocolos para salvarle la vida a un paciente que tenía una hemorragia interna. Lo más asombroso es que todo esto –y mucho más, tanto que no logro recordar- pasó en el mismo hospital, y en el mismo capítulo.
Los clichés presentes en la serie son caso aparte; El residente que quiere salvar cuanta vida se le cruce por delante, la doctora que sacrifica todo por clavarse en su trabajo, el médico don juan que se las come a todas, el enfermero ambicioso que no le importa romper las reglas con tal de demostrar que es el mejor, y el dueño de la clínica quien poco tiene que ver con las vidas por encima del dinero son algunos de los típicos personajes que podemos encontrar en cualquier serie de este tipo, y dado el reducido número de actores en nuestra pantalla colombiana, siempre vemos a los mismos, haciendo el mismo personaje pero con uniforme diferente.
Respecto a Tiro de Gracia ¿Qué necesidad había de enmarcar esta historia entre kilos de droga, prepagos y armas? La respuesta es simple: Porque eso le encanta al televidente de Miami, y al mexicano también, pues por aquellos lados luego de importar todas las narconovelas colombianas, decidieron hacer las propias –Las temporadas de El Señor de los Cielos y Señora Acero corroboran que este fenómeno trascendió fronteras nacionales hace rato-. No obstante, al ser este país pionero en el género, no puede quedarse atrás y hay que satisfacer a ese mercado pues eso es lo que pide. Por esa misma razón es que el gigante mexicano Televisa se alió con Caracol para hacer una coproducción por lo menos una vez al año, y hay que estar preparados pues Tiro de Gracia es apenas la primera. Como nos la vienen a mostrar luego de haberla transmitido en cinco países antes, básicamente cuando está quemada, ya se puede encontrar completa, capítulo por capítulo, en la web.
Igualmente está saturada de clichés que dan la extraña sensación de haber visto esta historia antes, una y otra vez. Tenemos al capo desalmado, la servidora despiadada inconscientemente enamorada de su jefe, el policía enfermizo cual coyote persiguiendo al correcaminos, los fieles matones que le hacen los mandados al capo y la sensual policía infiltrada como niña de dudosa moral son algunos de los recurrentes personajes en cualquier narconovela que en Colombia ya hemos visto hasta el cansancio y que el Canal Caracol en compañía de Televisa nos trae en esta ocasión. Tiro de Gracia fue enfrentado a Diomedes, lo cual significa que ni el mismo canal le tenía mayores esperanzas y lo lanzaron motivados por la necesidad de rellenar la parrilla de programación, que por cualquier otra cosa, pues Caracol ya ha tenido cualquier cantidad de experiencias previas para saber que las producciones dirigidas a Miami, muy raramente tienen acogida entre el público nacional.
Ahora bien, para no sonar tan fatalista, hay que reconocer que técnicamente tanto la una como la otra están muy bien producidas pero me gustaba más la televisión cuando no se grababa en HD con cámaras de última generación y tenía una historia que nos sorprendía cada noche porque no se sabía qué esperar de ella. Una de esas como La saga, negocio de familia, Nuevo rico, nuevo pobre, Pecados capitales, Vecinos, Hasta que la plata nos separe, La lectora, Amor a la plancha, La hija del mariachi y tantas otras que hoy día parecen ser un grato recuerdo. Esta semana pude comprobar que entre las adaptaciones de formatos extranjeros, las narconovelas y las bionovelas, es preferible que la televisión colombiana sea conquistada por estas últimas pues así las tres sean un recurso desgastado, al menos las bionovelas conservan un elemento que permite conservar algo de “colombianidad” en el producto y son esas las que mejor retratan nuestra realidad.
No en vano de lo que tenemos al aire, lo que mejor hecho está es justamente una bionovela, que ciertamente, muestra un contexto muy colombiano. En conclusión, el vaso es mejor verlo medio lleno que medio vacío y lo bueno de esta semana es que nos deja dos justas razones para preferir Netflix, algún canal por cable, el cine, el teatro, un buen libro o bien, leer portales en internet.
