En Timbiquí no hay aeropuerto para aterrizar. En Timbiquí no hay carretera para llegar. Las tres ventanas que tiene este municipio de 26.000 personas son tres ríos. Uno se llama como el pueblo, otro es el Bubuey, y el más delgado de todos es el Saija. Se necesitan once horas para llegar a la capital más cercana, Cali. El domingo 19 de junio las lanchas no daban abasto en los tres ríos. Todos los que podían ir a votar para elegir presidente lo hicieron. La votación no pudo ser más contundente, Gustavo Petro sacó 8.633 votos, mientras que, por su rival, Rodolfo Hernández, lo hicieron 110 personas. Petro ganaba con el 98.57%. Mucha agua había corrido desde que este pueblo, olvidado por Dios y el estado colombiano, votaba por el político más controvertido que había nacido allí: Juan Carlos Martínez.
Conocido en todo el país por haber fraguado un plan, con paramilitares incluidos, para hacer fraude en las elecciones del 2012 y poner a su candidato para gobernador del Valle, Francined Cano. Además, fue condenado a 90 meses de cárcel por haber recibido $ 300 millones de las manos de Ariel Rodríguez quien pertenecía a una organización criminal dirigida por Hernando Gómez Bustamante, mejor conocido como Rasguño. Buena parte de esa condena la pasó entre los lujos de su casa de en conjunto cerrado Colinas de Arroyohondo, 840 metros cuadrados para satisfacer todos sus antojos, donde es vecino de la ex gobernadora Dilian Francisca Toro.
Juan Carlos Martínez nunca abandonó los votos de su pueblo y en las elecciones del 2008 promovió la candidatura de su primo, Víctor Amú, quien fue alcalde del municipio y convirtió en un fortín de votos para las curules afro de la cámara su tierra natal. Allí consiguió votos para buscar que su hija Lina se quedara con la curul de las victimas que le ganó a Polo Polo por 80 votos, un resultado demandado por el cordobés- Pero todo esto es asunto del pasado desde el pasado 29 de junio cuando arrasó la fórmula de Gustavo Petro y Francia Márquez.
Así celebró TIMBIQUI! - CAUCA!
La Colombia profunda!!! La elección de Petro Presidente!La Colombia olvidada! #PetroPresidente2022 #PetroEsMiPresidente pic.twitter.com/8uFlcWXlDo
— Fiallo-Arake Nancy🌻📚🦖🦕🐳🐘🦒🦏🌻🚇✈️🌎👠 (@ArakFialloNancy) June 20, 2022
La primera vez que Francia Márquez visitó fue a Timbiquí fue en el 2018, mucho antes de su aspiración electoral. Acompañó un grupo de mujeres luchadoras de ese territorio llamadas Mujeres rompiendo el silencio. Una de sus líderes había sido asesinada.
Regreso en campaña a compartir su aspiración presidencial con su slogan de para vivir sabroso. Si en algún lugar podían entenderla era en los pueblos del pacífico, raizales y afines a su cultura, resistentes en medio de una guerra que le había arrebatado a todos la precisamente la posibilidad de vivir sabroso.
Francia tomó su lancha e hizo el largo recorrido desde Guapi para llegar a hablarles del sueño en que estaba embarcada. Atrás quedó la apatía en un municipio donde la politiquería siempre había mandado y se olvidaron de ofrecimientos de puestos o almuerzos para salir a votar. También espantaron el miedo. Ese que habían sentido aquella tarde pegajosa de enero del 2001 cuando los paramilitares del Bloque Calima, al mando de Hever Velosa, el temible H.H., empezaban a llegar a Timbiquí, hasta entonces aislado de Colombia y sus guerras por sus rutas quebradas, de acceso imposible. Llegaron las armas con las semillas de coca y la ambición del oro. Llegaron, para todos los jóvenes del pueblo, las amenazas de reclutamiento a la brava. El horror llegó a este municipio y no se fue durante años. En el 2011, veinte hombres del grupo Los Rastrojos llegó al municipio por el rio Saija y mató a 7 jóvenes. De ellos no quedó nada, ni siquiera una manera de identificarlos: les dispararon en la cara.
Tragedias que no conmovieron al líder natural del municipio, el liberal del grupo de los Abadia Juan Carlos Martínez, quien solo aparecía en elecciones, pero si a Francia Márquez, quien les habló de la posibilidad de recuperar la tranquilidad y el derecho a poder vivir con dignidad. Recorrió las calles, se metió en la casa de la gente, les explicó su programa de gobierno.
Creo incluso un grupo de wsp llamado Francia Márquez, mujeres poderosas, al que vinculó a las influyentes líderes que se mueven en el Pacífico alrededor de redes como Matambá y Guasá, o las mismas Playadoras. El resultado fue una devoción que se vio en el atardecer de ese domingo con la salida atronadora de los habitantes de esta región del Pacífico a votar como nunca por la fórmula que terminó ganadora. La esperanza ahora en Timbiquí es que esas ilusiones que se pierden como lágrimas en la lluvia.