El pensamiento de libertad ha sido tema planteado desde hace siglos por el ser humano, quien ha tenido que teorizar y postular para encontrar la verdad que sacie su necesidad de creerse libre. Porque el tema en donde el hombre se siente a gusto con hacer lo que le plazca ha sonado tentado y más a sabiendas que en tiempos anteriores primaba un sistema de explotación del ser humano con todos sus sentidos. Épocas donde el individuo no era individuo sino colectivo visto como producto y mano de obra regalada o barata en el mando de un monarca que solo se lucraba por la falta de crítica y de acción por parte de los subyugados. Los pueblos no han visto la libertad absoluta, porque tal vez es un concepto que a su vez tiene sus límites.
Si crees que todavía seguimos en una sociedad libre de esclavitud, replantéatelo. La obra de Charles Chaplin, que salió el siglo pasado, demostró de una forma crítica-humorística los sucesos por los que atravesaba la sociedad de Inglaterra en el siglo pasado, y que hoy en día está tan presente de una forma tan viva en el siglo XXI, aunque la sutileza ha sido la herramienta con que todo ha pasado desapercibido. La obra Tiempo Modernos replantea a los espectadores el estilo de vida que se presenta en el tiempo y espacio vinculado a este. No ha de ser lo mismo haber visto la película el siglo pasado, a presenciarlo en el siglo de la interconectividad y de la caída de tantas dictaduras, pero en el surgimiento de tantas otras. Un ciclo que se repite.
Si bien hemos oído del gran talento que tenía Chaplin para hacer reír a las generaciones previas sin utilizar elementos tan básicos hoy en día como lo es el audio, sino usando métodos como las acciones o la gesticulación; aunque debo aceptar que no creía que fuera un personaje que pasa a cada momento por hechos negativos, un encadenamiento de hechos desafortunados que nutren el carácter de fortaleza para sopesar las situaciones más adversas, aunque hay que comprender que es cuasi imposible que en la vida real de una persona se encuentre rodeado de situaciones que conspiran para que su propia historia dé un giro a lo hostil. Es por ello que el contenido que encontramos es producto de la construcción de un gran hombre a un gran personaje que ha traspasado la noción del tiempo, pero que con este carácter hace que el público se divierta de las desgracias de otro hombre que trabaja para sobrevivir en las dificultades que le plantea la sociedad, pero que a su vez resulta en un estado de jocosidad o de huida a la realidad que llevamos en la sociedad, sin saber que en vez de huir nos encontraremos con la realidad de esta misma más vívida que nunca, simplemente contada por un artista.
La crítica que presenta Chaplin la refleja en tanto a las condiciones de trabajo y a quiénes son jefes de estos, que más bien parecen sacados de una monarquía, una crítica a la privación de las horas, del tiempo; privación que tanto se ve en aquellas empresas autoritarias, y que ha resultado ser la forma más sencilla de llevar a cabo una estructura de funcionalidad, donde el trabajador le rinde cuentas de trabajo y de tiempo a su jefe, quien a su vez le debe rendir cuentas al jefe empresarial; una forma de trabajar que se presenció en las épocas de feudos y reyes. Tal pareciera como si se hiciera una carrera contra el tiempo, donde el trabajador sacrifica su vida e intimidad para hacer más en el menor tiempo, y que a la vez pasará cuenta de cobro en la salud emocional, mental y física en estos, quienes se ven sometidos a largas jornadas de trabajo por un salario que en muchos casos no alcanza a cubrir las necesidades de las sociedades. El individuo pasa a ser un producto más en la masa, en la multitud. La esclavitud se ha presentado en esa misma sociedad que le planteó la libertad al individuo.
El trabajo llevado a cabo en cuanto a montaje, escenario y efectos es recalcable y limpio para la época, ya que estamos hablando del año de 1936, claro está que aparecerán unas cuantas fallas en escenas que pueden no transmitir la esencia de credibilidad, pero en sí la película resulta ser un ingenio valiosos que las películas contemporáneas no están utilizando, y que más bien están dejando de lado, pues si se necesita montar una locación o alguna mejora se prefiere acudir al CGI (imágenes generadas por ordenador). Los amplios escenarios que usan fueron nutridos aunque a veces se llega a sentir pesado e incluso hasta repetitivo la constante en ciertos lugares o temáticas que aparecen en la película, pues se muestran cuando uno cree que estos ya no aparecerán más para volver a ser expuestos; pero en general la propuesta de plasmar las empresas y trabajadores como lugares y personas vacías, carentes de vida, de sentimiento y carisma llega a replantearnos los estilos de vida que llevamos, y qué tanta verdad o ficción posee dichas propuestas, que como siempre son recalcables ante una crítica social y económica. Una invitación a dejar de lado esa faceta fría y gris que fue demostrada en la gran mayoría de los empleados, y que además nos resulta como crítica a los avances tecnológicos y a sus creadores, pues esta ¿está siendo empleada como herramienta que ayuda en los procesos del hombre, o por el contrario lo vuelve objeto de sometimiento ante personas inescrupulosas y desinteresadas que solo buscan ganancias personales?
Chaplin con su forma de humor demostró lo valioso que resulta ser la construcción de momentos, que en ciertos casos suelen ser efímeros, al lado de los seres queridos; el alejarnos de la locura del trabajo en exceso y deshumano. La película esboza el inicio de la vida en la sociedad cargada de múltiples individuos que se mezclan y conectan, una vida que sin darnos cuenta se asemeja al control que ejercemos sobre los animales en las granjas de cría, pues nadie es relevante, todos son secundarios, una cifra más en las oleadas de sociedades donde cada quien posee sus intereses y preocupaciones; un entorno moldeado y manejado por las élites y grandes empresarios cabezas de conglomerados, el hombre y la mujer serán libres de una forma limitada, pero que serán ellos mismos los que salgan en búsqueda de esta misma, pues al final esta se encontrará libre de todo el caos y subyugación que ha implicado la llegada de tantas revoluciones industriales, y más en este siglo donde apenas estamos pasando por la revolución de las telecomunicaciones, donde lo más importante es el contenido o la información que nos brindan, pero que a la vez nos obligan a aceptar términos y condiciones que desconocemos de su contextualización para cada día poder actualizarnos más, y así podernos mover en la vanguardia que se nos presenta cada día.
Las sutilezas de la película son el significado de hacia dónde las sociedades están migrando, pero a la vez de lo importante que es centrarse en las minucias al lado de una buena compañía, sin importar lo caótica que llega a ser el estar inmerso en una comunidad donde el individuo se llega a difuminar en muchas ocasiones para crear una masa que solo se encarga de las labores y dejan de lado su vida personal.