Carlos Antonio Vélez es uno de los periodistas deportivos más influyentes de la historia del país. Durante mucho tiempo sus designios fueron palabra de Dios. Su apodo, el de Dios Antonio Vélez, le venía como anillo al dedo. Pero de un tiempo para acá en todo lo que apuesta pierde. Primero fue con Pekerman, quien hizo todo lo posible para que fracasara con Colombia pero logró el argentino el mejor papel de un equipo nacional en todos los tiempos en un mundial como fue en el 2014 llegando a cuartos de final. Ni siquiera esto hizo que el altivo comentarista bajara la cabeza y en su momento dijo que Colombia había llegado tan lejos solo por los rivales tan pobres que les tocó.
Admirador de Mourinho, a pesar de que su carácter inestable rompe con todos los camerinos en los que ha estado, sigue pensando que es el mejor táctico del mundo. De nada valen los estruendosos fracasos sufridos con Tottenham y el Manchester United. De nada vale el futbol total de Guardiola, da demasiado espectáculo para un pretencioso que se jura un genio porque adora los partidos que terminan cero-cero. La táctica por encima de la técnica. Hace rato no habla del City. La supremacía de ese equipo en Europa es otra cachetada a sus pretensiones de sabio.
Se enfrascó, junto con Cesar Augusto Londoño, en una defensa ciega a Jorge Enrique Vélez, el vargasllerista infausto que estuvo al frente de la Federación, garantizó que el fútbol colombiano reiniciaba en julio del año pasado y, para acabar de completar, respaldó sin medida a Carlos Queiroz, creyendo que iba a limpiar a los jugadores de los supuestos vicios que le había inculcado Pekerman.
Uno de los errores que cometió el Canal Win Sports fue vender la suscripción con la imagen del anacrónico analista. Esa fue otra pelea que perdió. La gente detesta al canal e incluso se le echa la culpa de los malos días que vive el futbol colombiano. Es que, justo se lanzó el canal plus, arrancaron todos los males: la pandemia, la peor campaña de los equipos colombianos en dos Libertadores consecutivas, la lesión de Falcao en el Galatasaray, cuando habían comprado los derechos para trasmitir los partidos del colombiano en la Liga Turca. Los análisis que hace en Planeta Fútbol son duramente criticados en redes. Sólo los mayores le creen, casi los mismos que le creen a Uribe.
Porque esa fue su mayor derrota, enterrarse con el uribismo, mezclar política gobiernista con alineaciones, meterse de lleno contra Petro, satanizar la protesta y pugnar por la Copa América cuando hasta periodistas igual de retrógrados a él como César Augusto Londoño, se arrepintieron y desdijeron de sus palabras. Apoyar una Copa América en estas circunstancias es respaldar la violencia policial.
Ahora se enfrenta ante otra derrota. Vélez y el Perú tienen un vínculo muy cercano ya que su esposa es de Lima. Carlos Antonio pasa largas temporadas en el Perú. Por eso su corazón estaba con los incas pero una vez más, su mala suerte, acabó con un sueño ajeno. Colombia está vengada, Perú está afuera.