Néstor Humberto Martínez entró a la Fiscalía haciendo lo que sabe: mandar. El nuevo Fiscal General comenzó a dar órdenes y quiere borrar, del todo, la huella del Fiscal Eduardo Montealegre en sus cuatro convulsionados años al frente del ente investigador. No son pocos los casos que comprometen las actuaciones del exfiscal Montealegre y de su vice Jorge Perdomo. Varios de esos casos complicados ya están en la mira de Néstor Humberto Martínez y de la nueva cúpula de la Fiscalía integrada por su vice Fiscal María Paulina Riveros y el Coordinador de Fiscales Delegados ante la Corte Fabio Espitia, ambos de la cuerda del vicepresidente Germán Vargas y de su partido Cambio Radical. La orden es cerrada: desmarcarse de Montealegre y sus decisiones.
El Fiscal Martínez, además de ser un exitoso abogado litigante, es una de las personas que mejor conoce el funcionamiento del Estado y el majeo de cargos de poder, a diferencia de Montealegre que se estrenó en un cargo de primer nivel en la Fiscalía, Martínez ha sido ministro de tres gobiernos y ha representado a Colombia en cargos internacionales. Sabe para qué es el poder y cómo usarlo.
Con una nueva visión de la entidad Néstor Humberto llegó pisando duro y dispuesto a borrar la mala imagen que tiene la entidad y de la cual es más que consiente. La Fiscalía y el poder judicial en general, ocupan los últimos lugares en la aprobación de los colombianos y la sombra de Perdomo y Montealegre aún empaña la imagen de la Fiscalía y del nuevo jefe del Bunker. Por eso, el primer paso de Néstor Humberto Martínez, que anunció en una conversación privada con varios periodistas a los que invitó a desayunar en el bunker, será ponerle el retrovisor a las movidas de Montealegre.
Hay varios casos en su radar: todo indica que el principio de oportunidad para Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz en el caso del Fondo Premiun avalado por el exfiscal será derrumbado por Martínez; las investigaciones contra Saludcoop y su Presidente Carlos Palacino, caso en el que el nuevo fiscal prometió resultados en menos de un mes; los resultados que no dio Montealegre en cuatro años al frente de la entidad.
El caso de Saludcoop es quizá el más importante para Néstor Humberto Martínez y es el que podría enredar penal y disciplinariamente al exfiscal Eduardo Montealegre. La denuncia en su momento la hizo pública la excontralora Sandra Morelli quien acusó una serie de pagos que la EPS le habría hecho a Montealegre quien fue su asesor jurídico de cabecera. En esta EPS se perdieron cerca de un billón de pesos de los recursos públicos de la salud y a la fecha la fiscalía no ha acusado a los responsables mientras la excontralora sí terminó respondiendo ante la Corte Suprema –recusada por Montealegre- quien anda campante, al menos hasta ahora que Néstor Humberto Martínez lo mira desde el cargo que muchos dicen, lo embriagó de poder.
Los problemas financieros de la Fiscalía General: El fiscal también anunció que la entidad puede entrar en la denominada ley de quiebras. Es decir, los gastos, deudas y cobros por demandas en contra, superan el presupuesto asignado para este año 2016 y el proyectado para 2017. Una realidad que pone al descubierto un manejo ligero de los recursos y de procesos en contra de la Fiscalía que no fueron atendidos a tiempo o simplemente fueron fallados en contra y ahora tiene con problemas de caja a la entidad. Aunque Néstor Humberto Martínez no señaló responsables, la administración de los recursos de la Fiscalía estuvo a cargo directamente de Montealegre que en cuatro años emprendió proyectos de alta envergadura como fue la fallida universidad de la Fiscalía; los controvertidos contratos con Natalia Springer y hasta la compra de un avión para sus desplazamientos personales. Lo cierto es que Montealegre puede pasar, en un abrir y cerrar de ojos, de investigador a investigado.