Desde que fue nombrada en el 2006 como presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena ha tenido que presidir 12 elecciones. En todas ellas ha ganado el chavismo. Solo hasta el 14 de abril del 2013, su nombre empezó a despertar polémica. Un mes atrás moría en Caracas Hugo Chávez Frías y, siguiendo a la constitución, se convocaron elecciones 30 días después de la muerte del presidente. Los resultados no pudieron ser más cerrados: Nicolás Maduro se imponía con 7.587.579 votos contra los 7.363.980 de su rival Henrique Capriles quien nunca reconoció la victoria del chavismo. El gobernador de Miranda denunció que hubo 535 ml máquinas electrónicas dañadas lo que habría afectado 189.982 votos que le hubieran dado la victoria a Capriles. Los observadores europeos le dieron la razón al líder opositor que aseguró que Maduro se había impuesto tras una serie de delitos electorales. Se había perpetrado una especie de golpe en las urnas y una de las responsables era Tibisay Lucena.
Socióloga de 58 años, Lucena dice que nunca ha tenido partido político, ni siquiera cuando estudió, a principios de la década del ochenta, en la Universidad Central de Caracas. Su único credo político, según ella, ha sido el violonchelo. Desde que era muy joven participó en el Sistema de Orquestas y Coros juveniles que empezó en el primer mandato de Carlos Andrés Pérez en 1975. En febrero del 2015 se celebró en el teatro Teresa Carreño los 40 años del Sistema de Orquestas. Fue invitado el joven que más lejos ha llegado en ese programa, Gustavo Dudamel para dirigir la orquesta Simón Bolívar, el barco insignia de la música en Venezuela. Entre los músicos que tocaron esa noche ante más de cinco mil personas estaba Tibisay Lucena. Esa noche dijo que si no fuera por el amor que le tiene a su país renunciaría al CNE solo para dedicarse al violonchelo, el único lujo que se había dado en ésta vida.
Es absolutamente seguro que tocar el violonchelo no es lo único bueno que le ha pasado en los 11 años como presidencia del CNE. En el 2014 los vecinos del exclusivo barrio Alta Florida de Caracas se quejaron de los ruidos que salían de Loma Alta, la casona de Maruja Beracasa, una de las socialités más reconocida de Caracas. Tibisay Lucena habría comprado la propiedad por USD$ 1 millón como un regalo para su única hija. La funcionaria chavista pasaría a compartir cuadra con la familia Cisneros, Phelps y Mendoza.
En el 2007, un año después de ser elegida por Chávez presidenta del CNE su nombre estuvo metido en una polémica porque la acusaban de disfrutar los fines de semana al lujoso archipiélago de Los Roques, lugar al que llegaba en avioneta privada, y por el que paseaba en un yate atiborrada de champaña rosada Laurent Perrier y de langosta.
Las acusaciones no la movieron del puesto. Un cáncer de estómago, diagnosticado en el 2011, tampoco. La noticia nunca fue confirmada por el chavismo y según medios de oposición Lucena se trató el cáncer en Brasil. Mientras tanto empezaban a caer cuestionamientos sobre hacerse la de la vista gorda sobre las denuncias de apropiación y uso de bienes de recursos públicos por el PSUV en campañas electorales. Su única respuesta fue multar a Hugo Chávez por poco más de USD$ 10 mil.
La semana pasada Estados Unidos la incluyó entre los 12 funcionarios sancionados por el departamento del tesoro. Los ciudadanos norteamericanos no podrán hacer negocios con ellos y todos los bienes sujetos a la jurisdicción norteamericana quedarían congelados.
TIbisay le achaca el ataque a las molestias que le genera al gobierno Trump la independencia de la que hace gala la Revolución Bolivariana. Ayer se reunió sin pudor alguno durante dos horas con Diosdado Cabello antes de dar una cifra de votantes de la constituyente de Maduro que no convence a la oposición: 8.089.320, el 40% del censo electoral, una cifra que contrasta dramáticamente con el 12% que manejan los opositores. Allí estuvo de nuevo Tibisay Lucena para cumplir con el libreto que ha repetido en doce elecciones: darle el triunfo al oficialismo Chavista.
.