Hoy los abogados se deben estar preguntando qué es la justicia, y los comunicadores, qué es el periodismo.
La justicia parece atrapada en una maraña de fueros y jurisdicciones que la hacen ver como una elaborada estrategia. Es el escapista encadenado que se lanza a un estanque profundo, logra zafarse ante el asombro de los observadores, la hazaña es incluso, aplaudida. The “Uribescape”.
Fácil concluir que un asunto es la justicia y otro el sistema que intenta aplicarla.
En la jurisdicción de aforados se apuesta a que habrá justicia. En la otra, la ordinaria, afloran las dudas. Hay altos cargos que ocupan amigos y simpatizantes del escapista, que incluso, salieron a aplaudir ante su maniobra.
Está también el corporativismo mediático. Las empresas de comunicación hacen a diario labores que parecen de periodismo, cuando en realidad se trata de prestigiosos actores en roles de mercaderes de la información. Son los que comercian sus habilidades y terminan llevando y trayendo recados a los dueños de los medios. La meta: confundir a las audiencias. La “Vicky-Rueda-live”, y revista Semana, buenos ejemplos.
La hija graduada en Derecho, pregunta qué está pasando, a pesar de que es ella, la que debería arriesgarse con una respuesta. Conceptos que los medios ayudan a evaporar en esta hirviente realidad.
Algunos estudiantes de comunicación social, se preguntan si lo que hace “La Vicky-Rueda-live” es periodismo. Algunos atrevidos se aventuran a decir que es un periodismo batracio, sus saltos son tan potentes que no hay que buscarla unos metros adelantes sino pegados al techo.
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Algunos estudiantes de comunicación social, se preguntan si lo que hace “La Vicky-Rueda-live” es periodismo
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Los más serenos afirman que son políticas empresariales y que los medios respaldan solo sus intereses, no los de una comunidad ávida de un periodismo que les brinde las mejores herramientas para tomar decisiones certeras.
Hay que decirlo constantemente. Un asunto son los medios de comunicación, empeñados en afianzar sus ideales, perpetuar la dictadura del like, y otro, muy diferente el periodístico, sin adjetivos ni remoquetes, puesto en el más alto pedestal.
El reportero de guerra polaco Ryszard Kapuscinski dijo que el trabajo de los periodistas comenzó a cambiar ante la presencia del llamado corporativismo mediático y empresarial, a mediados del siglo XX.
El término usado por el reportero polaco, fue mediaworker, (obrero de medios) que muestra cómo se dejó de lado la importancia del reportero.
Gabriel Fonnegra en su libro La prensa en Colombia escribe: “El tío, el padre, el abuelo, el tío abuelo, sentaron los cimientos sobre los cuales se levantan hoy los grandes y pequeños imperios de la prensa. Con el prestigio de su nombre y con el peso enorme del poder, la ambiciosa vanguardia logró depositar en mano de la generación siguiente diarios empresariales ya afianzados”.
El historiador, Jacques Barzun destaca la lealtad de los medios a su partido político, lo que hizo de la prensa instrumento para la defensa de sus ideales. Barzun asegura: “La prensa que ataca al gobierno sostiene que actúa en pro de la libertad y la justicia, contra la corrupción y por el bien general. La prensa que apoya al gobierno sostiene que informa al ciudadano ocupado o ignorante sobre las complejas actividades de los hombres del poder”.
El corporativismo mediático, con sus “Vickies-Ruedas Live”, no solo hace la peor actuación del momento, sino que se han convertido en parte activa de una estrategia histórica que ha ido pegando una mentira con otra, un muerto con otro, para luego salir del estanque profundo y ser acogidos por corporaciones de medios que hace décadas dejaron de hacer periodismo, que es una forma de implementar la justicia.
