'The Bear': Cocina eléctrica y endiablada en la pantalla grande

'The Bear': Cocina eléctrica y endiablada en la pantalla grande

El tono audiovisual de la serie, sus saltos de eje y cortes de cámara le dan un tono scorsesesano de neurosis. De fondo oímos un endiablado jam session de hard rock

Por: Mateo Duarte del Castillo
septiembre 26, 2022
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'The Bear': Cocina eléctrica y endiablada en la pantalla grande

Tener un restaurante siempre me ha parecido el trabajo más difícil y esclavizante que puede haber: escoger un local que esté bien localizado, amueblarlo, equipar la cocina, conseguir meseros y un chef, definir que tipo de comida se va a vender y ya con eso claro conseguir proveedores que no te estafen y por último trabajar a pérdida mientras se consigue algún renombre o Good Will.

Hulu y FX acaban de estrenar una serie de 8 capítulos de entre 20 y 30 minutos cada uno llamada The Bear, sobre un restaurante de sandwiches de carne con verduras en Chicago. Es sin duda una de las series del año (Rotten Tomatoes la calificó con 100 y se quedaron cortos). La serie tiene como protagonista al actor Jeremy Allen White interpretando a “Carmy” un ex-chef de un restaurante con estrellas Michelin, que vuelve a Chicago a raíz de la muerte de su hermano por drogas y se pone al frente del restaurante que era de su propiedad; Carmy ve esto como una oportunidad de empezar de nuevo, pues estaba harto de la alta cocina y su ambiente laboral tóxico.

Acá se reencuentra con su primo, que venía manejando el lugar, y no recibe muy bien a Carmy, empiezan entonces los roces y peleas (Allen White tiene esa mirada y expresión corporal que nos recuerda a un joven Pacino o a un De Niro) y además tiene que entenderse y manejar a la “gallada” del resto de cocineros de planta. Nada fácil.

El tono audiovisual de la serie, sus saltos de eje, sus cientos de cortes de cámara le dan un tono scorsesesano de neurosis colectiva que da el trabajo contrareloj el cual están sometidos (y nos somete) los integrantes del elenco, lo anterior se “adoba” con una tremenda banda sonora a cargo del rapero local Serengeti, pero también mucho rock de Pearl Jam, Radiohead y R.E.M.

Especial mención y mucho ojo al penúltimo capítulo realizado en plano secuencia (sin cortes): es claustrofóbico, intenso y frenético. Los cuchillos vuelan, la comida vuela, madrazos de todo tipo rebotan en las paredes, hay heridas físicas y emocionales y el reloj corre inmisericordemente mientras de fondo oímos un endiablado jam session (sesión de improvisación) de hard rock.

 Para no ser tan claustrofóbica, su director Christopher Storer nos muestra con planos fijos bellamente compuestos la ciudad de Chicago, planos que nos dan un respiro del endiablado estrés del restaurante (este mismo recurso lo utiliza en la cocina para hacernos ver salsas regadas en el piso, cañerías viejas y trapos sucios).

Si les gustó Diamantes en bruto (Uncut gems) de los hermanos Safdie con su endiablado ritmo de edición y diálogos chispeantes, The Bear va por el mismo estilo narrativo y la consumirán en una sola sentada, tal como me ocurrió a mi.

Nada más que agregar, la mesa está servida… lléguenle.

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