(Continuación)
Chomsky recuerda en sus escritos que el Partido Nacionalsocialista de Hitler basó buena parte de sus campañas políticas en Alemania llamando al pueblo a cerrar filas contra el terrorismo (los terroristas eran los comunistas, pero también todos los sindicalistas, los judíos, los extranjeros que tenían industrias en el territorio alemán, los no arios, los no católicos, quienes no se afiliaban al partido…).
El segundo Busch sugirió que quienes no estaban en favor de las políticas de los Estados Unidos frente a Irak podían ser considerados enemigos de "la libertad" o "aliados del terrorismo internacional". Sobre este tipo de visiones también hay abundante documentación en la historia mundial de este siglo.
En Colombia padecimos un "Estatuto de Seguridad" durante el gobierno de Julio César Turbay. Se limitaban libertades y derechos de la ciudadanía, se elevaba el miedo a categoría de argumento político, como lo quiso hace apenas unos años otro gobierno con una propuesta de "Estatuto Antiterrorista", con más fiereza y maquillajes, y como lo quieren nuevamente los promotores de un partido nacido de consignas contra el terrorismo.
De modo que el frente contra el terrorismo, convertido en partido, declarará que quienes no se cubran con su manto serán válidamente cobijados por el manto de sus sospechas de complicidad con el terrorismo.
Aquí ha ocurrido ya muchas veces, y las expresiones más recalcitrantes de la derecha y de la izquierda actúan siempre del mismo modo. Como decía Estanislao Zuleta, la conclusión a la que llegan los fanáticos siempre es la misma:
"El que no está conmigo está contra mí, y el que no está completamente conmigo, no está conmigo". (Elogio de la dificultad, en Elogio de la dificultad y otros ensayos, Fundación Estanislao Zuleta, Cali, 1994, pág. 11).
Si se crea un frente contra el terrorismo se reclama, además, que todo acto terrorista es una expresión en contra de quienes lo conforman. Sencillo: dirán que son los únicos que sustentan sus discursos y sus acciones en la declaratoria de una lucha frontal contra aquél.
Todos los demás mortales serán acusados por no estar en "su" frente, por no apoyar sus candidatos, por no seguir a los salvadores que se congregaron en torno a sus ideas. Así que en adelante todo acto terrorista será propaganda política no pagada para ellos.
¿Será que todavía hay colombianos dispuestos a aceptar que se limite la libertad de expresión para que solamente se escuchen las voces y las ideas de los "salvadores"? ¿Será que el país se vuelca a apoyar a quienes consideran válido, constitucional y hasta manifestación de una política de "prevención" contra el terrorismo, vigilar a cada ciudadano, interceptar comunicaciones, condenar manifestaciones públicas de cualquier disidente, darle a la Justicia Penal Militar facultades para juzgar civiles, o convertir unas normas aplicables a estados de excepción en legislación permanente?
Dejemos hasta aquí este comentario (por hoy, pues no se sabe qué viene mañana). Como soy bastante optimista con respecto a los modos como reflexionan mis lectores, cierro con otra cita, esta vez de Escucha, hombrecito, de Wilhelm Reich (también se encuentra en internet y lo recomiendo).
"...Eres grande cuando cuidas de tu oficio, cuando lo haces con cariño, con felicidad al tallar y construir y pintar y decorar y sembrar, y cuando gozas del cielo y de lo celeste y del corzo y del rocío matinal y de la música y del baile y de tus hijos que crecen y del bello cuerpo de tu mujer y de tu hombre; cuando vas al planetario para comprender tu cielo estrellado, a la biblioteca para saber qué piensan de la vida otros hombres y mujeres.
Eres grande cuando ya abuelo, anciano, tienes en tus rodillas a tu nieto y le cuentas de tiempos lejanos y pasados; cuando miras a tu futuro incierto con tu curiosidad buena e infantil. Eres grande, madre, cuando arrullas a tu recién nacido; cuando, con lágrimas en tus ojos, ansías de todo corazón la suerte para su futuro; cuando construyes ese futuro hora a hora a lo largo de los años en tu niño.
Eres grande cuando cantas las canciones populares buenas y cálidas, o cuando bailas en ronda al son de una armónica, porque las canciones populares son buenas y sanas, y son iguales en toda la Tierra. Y eres grande cuando le dices a tu amigo:
-Le agradezco a mi destino que me haya sido deparado vivir mi vida libre de la suciedad y de la avidez, de vivir el crecimiento de mis niños, sus primeros balbuceos, su asir, su caminar, sus juegos, preguntar, reír y amar; que haya conservado limpio y puro mi sentido por la primavera y por su brisa suave, por el arrullo del arroyo y por el canto de los pájaros en el bosque; que me haya mantenido apartado de la charla de malos vecinos; que haya sido feliz al abrazar a mi esposa y sentido la corriente de lo vivo en mi cuerpo; que en los tiempos turbulentos no haya perdido el sentido de mi ser, y que mi vida haya tenido sentido y duración....
...Y cuando en las noches tranquilas, después de cumplida mi labor, estoy sentado con mi amada o con mi niño en el prado delante de casa y siento la respiración de la naturaleza, surge en mí la canción que tanto me gusta oír, la canción de los muchos, la canción del futuro:
"¡Sed abrazados, millones!"... Entonces imploro a esta vida, para que aprenda a administrar sus derechos, a convertir a los duros y a los temerosos, que hacen resonar la música de los cañones. Sólo lo hacen porque se les escapó la vida..."
El terrorismo se sustenta en el miedo. Y con miedo no se puede vivir.