Excepto la guerra, el altar en donde funge la estupidez, el terrorismo es la más conspicua forma de estupidez humana, si es que se puede decir que la estupidez sea humana.
Y lo es, porque, como fin, en sí mismo, el cundir el terror en una comunidad, logra, en forma muy efectiva, sembrar el miedo que, como raíz y madre de la estupidez, paraliza, ahoga é impide que la conciencia aterrorizada tenga razonamientos que le muestren el camino de la supervivencia. Es el terrorismo lo que más empequeñece a las personas en su humanidad misma.
Es estúpido el terrorismo por la cobardía de su presentación. Porque dirige su fuerza y su maldad contra objetivos que no están implicados en su guerra y no selecciona a las víctimas. Y parece que es allí, en la cobardía, en donde fundamenta su victoria.
Es estúpido el terrorismo porque con su alevosidad lo que logra es contrario a lo que se propone. No creo que haya nadie, digamos, nadie tan estúpido, como para glorificar y ensalzar esa barbaridad, que humilla, debilita, deja maltrecha la conciencia de la humanidad.
Es estúpido, porque su esfuerzo bélico es inútil. Disparar, atentar contra inocentes inermes afecta la cuenta de la destrucción, mas no logra vencer a su enemigo que, a su vez, reforzará sus mecanismos guerreros con mayor empeño.
Es estúpido, porque su efecto siguiente, es impedir que perdamos el foco y la atención de los profundos problemas del país. Es una trampa en la que caemos y que permite, a su vez, que nuestros gobernantes se aprovechen de esa coyuntura, para dilatar las soluciones inmediatas. Hará que la renuncia del Fiscal, se oculte bajo la espesa cortina de humo de la explosión. Que los asesinatos de los líderes sociales, otra forma de terrorismo y de estupidez, pasen a un lejano lugar en la consideración del gobierno.
Y, finalmente, es estúpido, porque exalta y resume las peores pasiones de los guerreristas que se frotan las manos, complacidos con su odio: atribuir el hecho bárbaro al proceso de paz de Santos, porque “entregó el país al terrorismo”, es una muestra de bajeza humana, una manera consciente de mostrarnos quién está detrás de la estupidez del guerrerismo.
Es estúpido el terrorismo y lo es, también, no reconocer que desde hace casi diez años no se presentaba este tipo de hechos de crueldad. Que los delitos contra la vida, al menos, los producidos por las Farc, casi han desaparecido y que un vientecito fresco de paz venía en camino hacia Colombia.
“La violencia es el miedo a los ideales de los demás” Mahatma Gandhi (1869-1948).
“La violencia es el último recurso del incompetente” Isaac Asimov (1920-1992).
“La violencia no es sino una expresión del miedo” Arturo Graf (1848-1913).