El panorama mundial no sale de su asombro a causa del terrorismo en los países islámicos. Esta vez un atentado con explosivos ha dejado mas de 200 personas muertas en tan solo un segundo. Para tratar de dimensionar el execrable crimen sucedido el domingo en Irak basta con decir que equivaldría a que cristianos protestantes detonaran un carro bomba y mataran a 20 decenas de cristianos católicos reunidos en Popayán, Colombia, días previos a una procesión de Semana Santa.
En Bagdad, así lo declaró el Estado Islámico, el atentado extremista fue dirigido hacia musulmanes chiitas — la comunidad musulmana mayoritaria en Irak— a quienes los radicales sunitas consideran herejes.
Lo paradójico e irónico es que las muertes obedecen al odio entre ambas derivaciones del Islam. Prácticamente son musulmanes matando a otros musulmanes, quienes pese a algunas diferencias en la interpretación del Corán y en profundas diferencias para escoger al sucesor de Mahoma, profesan la misma fe en Alá y su profeta.
En el presente, vivimos en medio de un mundo idólatra y politeísta en el que las segregación religiosa ha dejado millones de muertos a lo largo de la historia. Tras el atentado se oyen las voces de protesta de los de los cristianos (todo aquel que cree en Jesús) quienes afirman que la violencia religiosa no los afecta y que solo aqueja al Islam. A ellos, hay que decirles que están muy equivocados. Para demostrarles lo brutal que ha sido y es el cristianismo no es necesario remontarnos a la Edad Media, puesto que en pleno siglo XXI, en Irlanda del Norte, se matan entre cristianos protestantes y cristianos católicos. Los orígenes de este centenario conflicto no los voy a profundizar por el momento y solo me limitaré a decir que la posibilidad de que en Irlanda del Norte católicos y protestantes puedan vivir en paz es muy remota, al igual que chiitas y sunitas en los países musulmanes. En tal sentido y ante la gravedad de los hechos ocurridos en la capital iraquí, se evidencia que en la actualidad se vive en medio de posiciones diametralmente opuestas generadas por los dogmas religiosos que han sembrado el odio y el miedo en los corazones de millones de seres humanos a lo largo y ancho del planeta. ¿Y todavía alguien duda que las religiones son un innecesario mal para la humanidad?
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