Más de 2000 familias de la zona de los ríos del suroccidente del Caquetá vieron desaparecer sus predios bajo las inundaciones de los ríos Orteguaza y Caquetá, lo perdieron todo. A su vez, los corregimientos del Danubio y Santo Domingo quedaron sin movilidad, sus vías colapsaron. El drama campesino en el Caquetá es terrible.
Numerosos videos circulan por la región, en los cuales aparecen las fincas bajo el agua, los semovientes muriendo de hambre entre el agua y el lodo, las aves de corral y las especies menores flotando por todas partes, los puentes que comunican a las veredas totalmente destruidos, y cientos de niños, jóvenes, hombres, mujeres y adultos mayores refugiados en improvisados albergues en las cabeceras municipales de Curillo, Valparaíso, Solita, Milán y Solano conforman un cuadro aterrador.
La Defensa Civil, la Cruz Roja, la Policía, el Ejército, las Alcaldías y la Gobernación del Caquetá trabajan hombro a hombro rescatando a los campesinos y ubicándolos en las cabeceras municipales: más de 850 familias se encuentran en una institución educativa de Curillo y más de 1000 están repartidas en los municipios inundados. En el Danubio jurisdicción de Florencia, se presentan 22 derrumbes, 8 de ellos de gran magnitud con lo cual alrededor de 40 veredas están incomunicadas; otro tanto sucede en el corregimiento de Santo Domingo donde los lugareños con picos y palas, tratan de despejar los numerosos derrumbes. La situación es en extremo difícil.
En la vía Florencia Suaza que comunica al Caquetá con el interior del país la movilidad es intermitente. El paso de vehículos se hace cada 4 horas por un solo carril, eso ha obligado a la empresa Alkanos de Colombia a suspender el servicio de gas domiciliario en Florencia, con las graves consecuencias que eso conlleva para la canasta familiar.
Mientras llegan las paquidérmicas ayudas del gobierno nacional, el gobernador del Caquetá Arnulfo Gasca Trujillo y su equipo de gobierno hicieron una recolecta para comprar víveres, colchonetas y algunos utensilios que llevaron a los albergues de Curillo, Valparaíso y las Mercedes en Milán, mitigando momentáneamente el hambre que ya se presenta entre los damnificados a pesar de que han contado con el apoyo y la solidaridad de los vecinos de sus respectivos municipios.
El drama campesino en el Caquetá es terrible, los grandes medios nacionales lo ignoran debido a que no se trata de masacres o de graves hechos delictivos, las ayudas del gobierno nacional aún no llegan, mientras tanto miles de campesinos sentados en los albergues con sus familias piensan desesperadamente en la gravedad de su situación, en las deudas con los bancos, con el comercio, todo lo perdieron tienen que comenzar de nuevo, solo que necesitan la solidaridad del gobierno y el pueblo colombiano para volver a empezar.
De nuevo los campesinos viviendo un terrible drama.