Perdió a muchos de su familia en la violencia de los años 90, en el Magdalena Medio. Sufrió los embates de la tristeza, el abandono, el odio, la frustración pero no se quedó allí. Teresa Castrillón encontró una manera, no de cobrar venganza por el sufrimientos, sino de buscar el perdón, la reconciliación y la re dignificación de los desaparecidos a través de la Corporación de victimas Ave Fenix de Puerto Berrío.
Personas que viven la mima situación se reúnen y a través de eventos como “La Puesta del Dolor en la Escena Pública” logran recordar sin rencor, perdonar.
"En un comienzo el proceso no fue fácil, había mucho dolor como dice la Puesta del Dolor, entonces se hicieron actos simbólicos que daban a conocer esa rabia y ese odio que llevábamos nosotras las victimas”, dice Teresa. Con el paso de los años, en la puesta del dolor los ataúdes y símbolos impactantes y desgarradores fueron cambiando poco a poco “por decoraciones florales, camisetas blancas, murales de la memoria” como reflejando el cambio que al interior de las víctimas se estaba dando, anotó Teresa, quien asumió como líder el proceso que inició en 2005.
En 2012, como si la violencia no le hubiera arrebatado ya bastante, Teresa perdió a su esposo a raíz de una enfermedad. Se trasladó a vivir a Medellín, y dejó el Ave Fenix en manos de Cecilia Zuluaga. Pero fue descubierta allí y su labor reconocida al ser elegida como una de las cinco mujeres gestoras de paz que participarán en un proyecto documental promovido por una productora alemana.
“Me siento muy orgullosa, porque ve que si tiene uno algo de logro, porque venir gente de otro país, interesado en el trabajo que uno ha hecho, me pone a pensar que lo que he hecho de algo ha servido” apunta Teresa.
Con su disposición para seguir participando de los procesos de visibilización de las víctimas de la violencia de su país, esta noble mujer, continúa siendo ejemplo de superación y de lo que el corazón humano puede lograr a través de la reconciliación y el perdón.