Cada ejercicio democrático posee una carga importante de experiencias; de las enseñanzas del certamen electoral del domingo pasado, en la primera vuelta presidencial, entre otras, tenemos: (i) un reordenamiento o, mejor, un resalto en las opciones entre las dos fuerzas que se consideran como las más adversas o, contendientes; para bien o, para mal, pues la ‘realidad política es al día siguiente’; (ii) una confirmación: las consultas partidistas que se celebraron en conjunto con la elección del Congreso de la República, jugaron como la real primera vuelta presidencial; de allí la opinión, las encuestas siguieron el camino, sin el juego para todos los candidatos; un truco legal, que se impuso; (iii) la diferencia entre los extremos, importante; pero del segundo, con la opción tercera, fue de menos de uno punto cinco por ciento, en exactitud, uno punto treinta y cinco (1.35 %); de total interés; difícil pero real; veamos: al ciento por ciento de lo reportado, se tiene que ‘Centro Democrático’ -39,14 %-; ‘Colombia Humana’ -25,08 %-; y, ‘Coalición Colombia’ -23,73 %-; (iv) la llamada maquinaría o, no funcionó o, fue cooptada por el voto útil y, la postura fácil, tanto en el caso de Cambio Radical[1], como el Partido Liberal[2]; (v) la postura, aparentemente insustancial del presidente Santos, a quién, repito, aparentemente, nadie consulta o, agradece; sería obvio, desde el punto de vista democrático; un presidente no tiene candidatos; pero lo cierto es que, ninguno de sus más altos funcionarios cercanos obtuvo representación de importancia en número de votos; (vi) se esclarece que, siguiendo el anterior argumento, el preferido del presidente no era Vargas Lleras; por eso decíamos antes ‘supuestamente’, pues sigo creyendo que quien llama la atención de Santos es Petro (estabilidad de su legado, ya se habían acompañado en la elección presidencial de 2014, en suma, cuidado de le heredad); y, (vii) lo de interés, la recreación política, especialmente, sociológica de la tercería.
Sigo creyendo que quien llama la atención de Santos es Petro
La tercería se venía presentando como posibilidad, siempre como forma de aproximación a una elección y, solo allí, al momento de la elección; por supuesto, después se perdía en el olvido, solo constituía una prueba del propio poder de resolución. Veamos:
La historia es casi la misma: en 1994 gana Samper en la segunda vuelta y, la opción de tercería quedó bien que lejos de jugar algún papel decisorio (Ernesto Samper Pizano, Liberal Colombiano: 2.623.210 / 45.30; Andrés Pastrana Arango 2.604.771 / 44.98; Antonio Navarro Wolff, Compromiso Colombia, 219.241 / 3.79); en el 98 gana Pastrana a Serpa, en segunda vuelta y, la fuerza siguiente, queda en importante postura, pero hasta allí llega el impulso (Horacio Serpa 3,634,823 / 34.59; Andrés Pastrana 3,607,945 / 34.34; Noemí Sanín 2,824,735 / 26.88); en el año 2002 y 2006, no se presentó la posibilidad de segunda vuelta presidencial pues la candidatura de Álvaro Uribe ganó en la primera oportunidad; sin duda, entre otras razones el orden público, hizo que la postura sobre la eliminación de la subversión fue el argumento concluyente; en el 2010 gana Santos, pero la tercería vuelve a agotarse en el intento (Juan Manuel Santos - PARTIDO SOCIAL DE UNIDAD NACIONAL 46,67% / 6.802.043; Antanas Mockus -PARTIDO VERDE- 21,50% / 3.134.222; Vargas Lleras -PARTIDO CAMBIO RADICAL- 10,11% / 1.473.627); y, en 2014, sucede otro tanto (Óscar Iván Zuluaga -Centro Democrático Mano Firme Corazón Grande- 3,759,971 / 29.25%; JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN - Unidad Nacional- 3,301,815 / 25.69%; MARTHA LUCÍA RAMÍREZ - Partido Conservador Colombiano - 1,995,698 / 15.52%). Y, allí vamos, en una tercería de gran calado que puede ser opción de poder, obvio sí no la dejan acabar.
La tercería no debería ser una distracción exclusivamente del certamen electoral
La tercería no debería ser una distracción exclusivamente del certamen electoral, debería, superados los extremos y, por supuesto, los caudillismos, convertirse en verdadera vía de acceso al poder, máxime en momentos en que se están reestructurando, como correlato, las opciones ciudadanas de participación y escogencia. La prueba para hacer atractiva la opción, no es que la tercería se volvió la bella del camino, sino por el aumento en la votación o la disminución de la abstención, uno de los efectos de la opción, de la tercería.
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[1] 1.407.840 VOTOS; 7,28 %
[2] 399.180 VOTOS; 2,06%