En una entrevista con la agencia de noticias católicas Aciprensa (con sede en Lima, Perú), Ion Mihail Paceba, exespía de URSS, relató que fue la KGB (agencia de inteligencia soviética) la que en 1960 creó la teología de la liberación para influenciar a los países latinoamericanos, lo que se hizo de acuerdo a la estrategia del Kremlin para la Guerra Fría. A ese proyecto comunista se le han unido varios líderes religiosos, comenzando por algunos jerarcas de la iglesia, por lo que se observa con asombro la tergiversación de las enseñanzas del Maestro de Nazaret. Así pues, se demostró que para los seguidores del marxismo la religión también hace parte de la combinación de las diferentes formas de lucha.
Además, como un símil de la teología de la liberación, el Partido Comunista de China, a través del Hanban (entidad gubernamental del Ministerio de Educación de China), impulsa la expansión del Instituto Confucio, al que se le ha denominado brazo de adoctrinamiento internacional de la dictadura china; el instituto tiene cerca de 100.000 alumnos en 40 sedes de Latinoamérica. Por ejemplo, en Colombia, sus principales centros se encuentran en Bogotá y en Medellín. De eso modo, quedó demostrado que la propaganda comunista utiliza las enseñanzas filosóficas, morales y religiosas de los maestros Jesús y Confucio para sus torvos fines políticos y económicos.
De acuerdo a lo anterior, hay que recordar que próximo 15 de febrero se cumplen 55 años de la muerte del cura guerrillero Camilo Torres, ocurrida durante un combate que el Ejército sostuvo con el ELN en el departamento de Santander; recalcando que la muerte del cura la han convertido en un mito que ha servido para engañar a grupos cristianos sobre las verdaderas intenciones de los marxistas cuando usan la religión como otra forma de lucha para realizar sus tenebrosos planes. Por eso a Camilo Torres no se le puede considerar como un auténtico cristiano al abrazar la teología de la liberación.
El terrorismo que el ELN ha mostrado en contra del pueblo colombiano, no tiene límites, debido a que esa banda armada con su vesania, ha ejecutado actos infames como el de la bomba en la Escuela General Santander, el 17 de enero de 2019 en donde murieron 22 cadetes, con lo que exhibió su condición genocida propia del marxismo, el cual lo mezcla con la teología de la liberación, que ofende las sagradas enseñanzas de Jesucristo; en donde con la fuerza bruta que es propia de la irracionalidad comunista, humilla y envilece a comunidades rurales que tienen que soportar su presencia.
Con la teología de la liberación se pretende exculpar al marxismo, cuyo ADN es el terrorismo, diciendo en algunas ocasiones que ha sido mal aplicado o malinterpretado. Ello hace parte de la doblez para seguir engañando, ya que el comunismo es depravado, llegando al colmo de utilizar la figura de Cristo para sus objetivos estratégicos en la toma del poder. De ahí que hay que quitarle la “aureola” que le han colocado al cura Camilo Torres, quien simplemente fue un instrumento del comunismo totalitario.
Si la perversidad comunista del marxismo-leninismo hubiera existido en la época de Jesús, Judas seria uno de sus mejores exponentes, pues con un discurso miserabilista, mostró su “sensibilidad social” de acuerdo a Juan 12: 4-6, fundamentado en la hipocresía, igual que sucede con los seguidores de ese engendro totalitario, que dicen luchar a favor de los humildes, pero como patraña para conquistar el poder y permanecer en él, por siempre, espoleando y oprimiendo a los pueblos como sucede con las cáfilas comunistas, cuando conquistan el poder.
La supuesta sensibilidad social de Judas Iscariote ha sido común en la historia, ya que no se puede olvidar también a Hitler, quien en su libro Mi Lucha rabiosamente exigía el pan para los hijos de Alemania y condenaba al capitalismo y a la explotación; de igual manera, Mussolini también proclamaba la defensa de los pobres y los oprimidos de Italia, y fundó el fascismo para fortalecer “la revolución y el socialismo” así que la humanidad a través de los tiempos ha sido engañada por estos vendedores de humo, que le han traído a la tierra grandes calamidades.
Camilo Torres no tuvo el comportamiento de un auténtico cristiano, al separarse de la Iglesia, para entrar en el ominoso mundo de la lucha por conquistar el poder político, rechazando lo que enseñó Jesucristo, sino que siguió la senda de una teología de la liberación que es una aberración marxista, olvidándose de la verdadera caridad cristiana, creyendo que el manejo del Estado era el culmen del su proyecto de vida, por eso se armó y fue a parar hace más de 55 años a una organización marxista-leninista como el ELN, que hizo parte de la conspiración comunista totalitaria en contra de Latinoamérica, propiciada por el dictador Fidel Castro y promovida por la URSS para disputarle la hegemonía mundial a EE. UU. en la guerra fría.
El ELN que revuelve al marxismo (que por sus componentes terroristas promueve el odio y la muerte) con el cristianismo que es su antítesis y que enseña el amor al prójimo, ignora esa guerrilla que la construcción del Reino de Dios en la tierra es sin opresión política ni económica. Y desde luego se debe de subrayar que el ELN asesinó y torturó en 1989 al obispo de Arauca, Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, y que también es responsable de otros crímenes en contra de sacerdotes y religiosos cristianos católicos, además de fieles de otras iglesias; agregando los ecocidios que han afectado amplias zonas del país con las voladuras de oleoductos, sin embargo, la Alianza Verde y grupos ecologistas que deberían ser los adalides en defensa del medio ambiente nunca han condenado al ELN por estos hechos.
