No me digan que no pero a Teófilo le tienen bronca por costeño. En el interior los cachacos nunca han comprendido su juego, lo tratan de borracho, de indisciplinado, de golpeador. La mejor Selección Colombia que yo vi fue gracias a Teófilo: pase preciso, visión de cancha y gol. Un crack. Los únicos que sabíamos de su valía era en Barranquilla.
Cómo no me voy a sentir ofendido como costeño si Teo hizo campeón de América a River Plate y lo declaran el mejor jugador de éste continente en el 2014, una distinción que solo había logrado otro costeño, Carlos Valderrama. Pero los cachacos no hicieron bulla con eso, fue un logro que apenas lo reseñaron los periódicos del interior. En Argentina, cachaquito, pregunta quien es Teo. Pregúntale en Buenos Aires a un hincha de Boca quien es Teo y sabrás por qué le dicen bosteros: se hacen en los calzones del susto.
Toda esa magia había llegado de nuevo a Colombia gracias al Tío Fuad Char quien lo trajo de vuelta. Está haciendo una dupla con Chará que le da miedo hasta a Nacional. Nadie pueden detener a esta pareja de monstruos, nadie en la cancha porque en el escritorio encontraron la manera de hacerlo. Es absurdo mis amigos que le den dos fechas y una multa de 44 millones de pesos a un jugador que lo único que hace es simular un manotazo que le intentó tirar el volante Aldo Leao Ramírez en el juego con Nacional. Es injusto que sea más peligroso una simulación que una patada rastreras. Señores de la Dimayor, a los magos como Teo, a esos cracks, hay es que consentirlos, mimarlos, protegerlos. Teo no sólo le importa al Junior sino a la Selección Colombia que se prepara para dos partidos vitales para lograr su clasificación a Rusia. Con la lesión de James dependemos cada vez más a Teo, pero que hacen estos sinverguezas, condenarlo a no jugar, a quitarle ritmo. Qué horror.
Junior es grande y va a apelar y seguro le levantan la sanción y volveremos a ver su magia intacta. Nadie nos va a quitar el título que nos va a dar Teo. Ningún leguleyo de quinta nos va a quitar el sabor de nuestra octava estrella y ojo que con esta banda también vamos por la Suramericana. Sufre Cachacho que Junior es tu papá