Edilson Danilo Murillo tenía 20 años y desde el sábado pasado tenía mareos, vómito y fiebre. Vivía en el barrio Villa del Socorro de Medellín y era fiel de la Iglesia Cristiana que está en la misma cuadra de su casa. El joven no mejoraba y, sin escuchar los consejos de sus familiares no buscó una clínica para atender sus dolencias sino que acudió a donde sus pastores de confianza. Ellos dieron un diagnostico inapelable: Edilson estaba poseído por fuerzas demoníacas y tenían que realizarle un exorcismo.
Lo tendieron sobre una cama, le dieron un bebedizo y le hicieron el exorcismo. Su condición empeoró, los pastores siguieron rezando, al muchacho le sobrevino un ataque y murió en la madrugada del lunes festivo ante los ojos de los religiosos quienes intentaron resucitarlo. Solo le avisaron a la familia doce horas después cuando los sortilegios y los rezos no sirvieron para nada.
Que peligro las iglesias cristianas aprovechándose de la ignorancia de la gente, explotadores de fe. Que día vi justo a un pastor en África hablando por teléfono con Dios y la gente les cree porque les atribuyen poderes divinos. Se acuestan con sus feligreses argumentando que ellos tienen el poder de comunicarse con el Espíritu Santo. Piden diezmos de manera descarada como el Pastor Arrázola en Cartagena o son abiertamente homofóbicos como Oswaldo Ortiz el pastor del youtube. A mí como católico me aterraría pensar en vivir en un país en donde está por encima la biblia que la Constitución como ellos mismos afirman. Esta secta peligrosa quiere suprimir la ciencia y volver a los hechizos, los exorcismos para curar los dolores más elementales. Lo que sucedió a Edilson podría pasarle a cualquiera de sus creyentes. ¿Hasta cuando tenemos que soportar esta plaga cristiana?