Tal parece que ninguno de los vándalos mamertos se da cuenta de que los más perjudicados en esta finca llamada Polombia son los pobres senadores, capataces cuyo sueldo de tan solo 34 millones, a duras penas les da abasto para sobrevivir. Por favor, tengan empatía, pues ellos necesitan mantener el arriendo de sus casas en Miami, cambiar sus vehículos por otros de último modelo, ahorrar para sus vacaciones de descanso de 4 meses en París, pagar para poder cambiar de ropa con un diseñador de España, renovar celulares por otros de mayor gama, comprar joyas y relojes de plata, y sobre todo para poder alimentarse en los restaurantes más modestos de Nueva York.
Sean compasivos, pues ellos tienen la ardua tarea de trabajar excesivas jornadas de 3 días a la semana, y 4 horas diarias sin descanso alguno, para legislar en el congreso, cuyas propuestas son leyes que benefician al dueño y señor de la finca, cuyos habitantes (nosotros) tenemos el honor de poder habitar tan solo a cambio de pagar la modesta cantidad de 19% al IVA, dar dividendos de nuestro trabajo (renta), y un sin número de impuestos que nos intentan poner para salvar a la finca del quiebre.
No se quejen, no sean tan descarados, tras de por sí somos privilegiados al permitirnos vivir en esta hacienda, para que ahora queramos todo regalado, pues, pedir un sueldo digno, buen sistema de salud, mejor educación, y buenos servicios públicos son lujos escandalosos; por favor, vivimos en Polombia, si nos dan todas esas excentricidades terminaremos como el vecino país, Venezuela. Y, además, ¿de dónde creen que saldrán los 50 billones de pesos en corrupción que se llevan los pobres capataces cada año?
Sean conscientes y detengan las protestas, paren de destruirlo todo, de quemar vagones imaginarios del metro de Bogotá, de romper los carriles del tranvía sin construir de Cali, de tirarle piedras a los pacíficos policías, cuyo único objetivo es mantener el orden y proteger al país de los vándalos de izquierda que tienen como meta robar, desangrar e intentar traer el castrochavismo a Polombia. Deberían seguir el ejemplo y ser como esos "ciudadanos de bien", ser obedientes y acatar las órdenes de los capataces, armarnos y levantar fuego para proteger la ciudad de esos indígenas guerrilleros, que tanto amenazan nuestro insuperable nivel de vida en Polombia, ¿acaso no les basta con lo que ganan sembrando coca? ¡Que trabajen!
