Ad portas de graduarme de una carrera que bastante estigmatizada, sí esta, a pesar de tener una acreditación de alta calidad, me preocupa más la endeudada que, seguramente, opacará mis ingresos laborales. Nosotros los jóvenes que anhelamos ser profesionales, pero que no obtenemos uno de los reducidos cupos que otorgan las universidades públicas, nos toca recurrir a la única posibilidad de tener un título profesional: universidad privada.
Sin embargo, y aplica mucho para Colombia, cada vez está más jodido sacar un pregrado adelante, e incluso muchos estudiantes ya se dieron cuenta: en promedio un semestre académico en las 30 principales universidades privadas del país cuesta más 9.000.000 de pesos entre matrículas y gastos diarios, que en cinco años se convertirán en más de 99.000.000, algo casi que imposible. Eso sin analizar el 6% anual que, para 2018, tendrá en más de 11.000.000 el semestre en algunas universidades.
Claro está que para las personas de estrato medio, que no podemos aplicar a una beca que otorga el gobierno, existe una pequeña posibilidad de conseguir ese capital, que tendrá validez solo en cuatro meses, a través de instituciones financieras. El problema radica en que ese préstamo se convertirá con el paso del tiempo en una deuda que, con suerte, solo duplicará más adelante ese valor inicial: te prestan 24.000.000 de pesos y terminas pagando más de 40.000.000. Sin contar el resto cuando queremos hacer una especialización o maestría.
Es verdad que el nombre y la calidad de una universidad, dependiendo de sus programas e investigaciones, represente un alto valor; pero no es normal que un egresado de esas prestigiosas universidades salga al mercado laboral a ganarse, con suerte, más de 2.000.000 de pesos que ya tiene endeudados sí recurrió a un crédito, y eso sin contar las escasas posibilidades de conseguir empleo por esos requisitos de algunas empresas que piden, por ejemplo, años de experiencia cuando apenas terminamos de recibir el cartón. Hoy en día ya no es un plus para los universitarios obtener un título que les ayude a combatir el desempleo, ¿qué estará mal?