Quiero manifestar de manera categórica que estoy en total desacuerdo con la propuesta, y ya hecha toda una realidad ante la decisión tomada por la Corte Suprema de Justicia, de un nombramiento de un fiscal ad hoc, o provisional, para ciertos casos específicos, como está ocurriendo con el actual fiscal y sus impedimentos ante el caso de Odebrecht. El cáncer de la corrupción está tan extendido en Colombia que este tipo de soluciones es igual que terminar dándole aspirinas a un enfermo terminal.
Por eso necesitamos urgentemente empezar a tomar soluciones de peso y decisiones de fondo, lo que necesariamente implicará destituir y remover, por obligación, a varios funcionarios de instituciones claves en nuestro funcionamiento republicano, como lo es con el caso específico de la Fiscalía, como igual debe ocurrir con varios otros integrantes del actual gobierno; por lo que se hace fundamental que en estos momentos especiales y de difíciles circunstancias, a la vez que se vuelve esencial, que toda la sociedad se movilice y se manifieste contundentemente, porque si seguimos confiando y supeditados a que sean por un lado el actual gobierno, por otro el congreso o el aparato judicial los que den y tomen esos pasos y decisiones, vamos a seguir permitiendo que sea una camarilla de corruptos, que tienen cooptado al Estado desde hace tiempo, quienes terminen siendo los que sigan embolatando estas importantes medidas que se deben tomar de manera inmediata.
Nuestros niveles de corrupción y de descomposición ética y moral son tan inmensos, que su podredumbre se está desbordando por todas las instancias de nuestra sociedad, generando un estado de indefensión y de postración en todos sus habitantes y en los miembros de esta a la vez indolente sociedad, de allí la vital importancia que los medios de comunicación que no comulgan ni promueven esta situación sirvan de referencia y de canales de difusión de la filosofía y de las políticas contra la corrupción y el delito, para ayudar a enfrentar este cáncer, o enfermedad moral, con la que tienen agobiado al país, cooptadas sus instituciones y secuestrado y tomado el erario público.