El pasado martes 14, la reunión del Consejo Político Nacional de nuestro Partido Farc tuvo una gratísima interrupción. Dos de los miembros de nuestra dirección nacional se habían retirado una hora antes, a efecto de asistir a otra reunión urgente, con el jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, y el Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas para asuntos políticos, Jeffrey Feltam, quienes venían enviados por el señor Secretario General.
Los altísimos funcionarios internacionales tenían como tarea escuchar a la dirección de nuestro partido con relación a los desarrollos y obstáculos del proceso de implementación de los Acuerdos de La Habana, y tras oír atentamente sus apreciaciones y enterarse de que el Consejo Político Nacional estaba reunido, decidieron presentarse a esta reunión con el propósito de transmitir el saludo del Secretario General de la ONU y expresar a su vez el cometido de su misión.
La inesperada visita de los importantes personajes fue acogida de manera entusiasta por los miembros del CPN. Por dificultades con el idioma, el señor Feltam prefirió que tomara la palabra el señor Arnault, cuyo contenido le era transmitido de manera simultánea por su traductor. Muy amablemente procedieron a explicar que al día siguiente se reunirían con el Presidente de la República para dialogar en torno al mismo asunto, la implementación de los Acuerdos.
Jean Arnault, y Jeffrey Feltam, enviados del secretario deneral de la ONU, manifestaron el respaldo de la comunidad internacional durante el CNP de la Farc
Su exposición fue breve y concisa. La comunidad internacional tenía verdadero interés en que el proceso de paz se desarrollara y culminara satisfactoriamente, para lo cual resultaba fundamental el cumplimiento de lo pactado por parte del Estado colombiano. En su opinión, las FARC habíamos cumplido sagradamente con cada uno de nuestros compromisos, y era la hora de que su contraparte también demostrara su voluntad en tan delicado asunto.
Tal como lo explicó el señor Arnault, con el movimiento afirmativo de la cabeza de su dignísimo acompañante, la Organización de las Naciones Unidas se sentía hondamente comprometida con el resultado del proceso de paz. Para ella la consolidación del proceso tenía que pasar necesariamente por la participación política de la FARC en las justas electorales del 2018, por las garantías plenas para la vida y la integridad de los excombatientes y por su adecuada reincorporación.
La comunidad internacional no estaba dispuesta a admitir que se burlara de ningún modo la buena fe de nuestra organización. Por eso estaban en Colombia. Semejante expresión de respaldo no podía menos que despertar un emocionado aplauso por parte de los nuestros. Es que precisamente el día anterior nuestro Partido había recibido otra noticia trascendental, la exclusión de las FARC de la lista de organizaciones terroristas por parte de la Unión Europea.
Esta declaración también había sido consecuencia de la reconocida seriedad de nuestro movimiento en el cumplimiento de todos los compromisos pactados. Así que los integrantes de la Farc nos sentimos con la suficiente autoridad moral para reclamar ante la andanada de maniobras que sectores de ultraderecha en el Congreso de la República, la Fiscalía General de la Nación y algunos integrantes de las altas cortes hacen para mutilar el compromiso del Estado.
Es inaudito que el mismo Congreso de la República que refrendó los Acuerdos y expidió las reformas constitucionales que incorporaron la Jurisdicción Especial para la Paz y la participación política de los ex combatientes al ordenamiento colombiano, pretenda en la expedición de las correspondientes leyes hacer nugatorias sus reformas constitucionales. Como también que la Corte que recién dispuso que los Acuerdos no se podían modificar, actúe en sentido opuesto.
La razón nos pertenece, en ello no dudamos ni un ápice. Cualquier requisito adicional a lo establecido en los Acuerdos, que pretenda dejar por fuera a la Farc o a sus dirigentes de la participación plena en las elecciones de 2018, constituye una flagrante violación de lo pactado. Igual que, por ejemplo, la pretendida incorporación de absurdas inhabilidades e incompatibilidades con que se pretende impedir la posesión de los magistrados escogidos para la JEP.
Nuestra fuerza política comunicó a comienzos de este mes al país y al mundo, los nombres de quienes encabezarán nuestras listas al Senado de la República y la Cámara de Representantes, en cabal concordancia con lo pactado en La Habana. Del mismo modo dio aviso de que tendremos como candidatos a la Presidencia a Rodrigo Londoño Echeverry, Timo, y a la Vicepresidencia a la doctora Imelda Daza Cotes, ejemplo inmejorable de la mujer vallenata y colombiana.
Bastó con el anuncio para que temblara de pavor gran parte del Establecimiento. De ahí que se aprestaran a fraguar la más grosera violación de lo acordado en La Habana. Nosotros seguimos en lo nuestro, dejamos las armas porque se nos garantizó el ejercicio pleno de nuestros derechos políticos. Nos dieron solemnemente su palabra. Y vamos a defenderlo. Tendremos congresistas. Y votaremos por Timo e Imelda el 27 de mayo.