La construcción del nuevo puente Pumarejo, adjudicado en la administración de Elsa Noguera a un consorcio en el que la empresa española Sacyr tiene cerca del 70% deberá estar terminada en marzo de 2018. Su costo ascendió a los $615 mil millones y hay serios temores con los constructores españoles que pueden terminar repitiendo la práctica de interponer reclamaciones con la obra en marcha, como han hecho con la ampliación del Canal de Panamá y terminen incumpliendo y disparando los costos de la obra.
Sacyr se encuentra en un serio pleito con la Autoridad del Canal de Panamá por reclamaciones presentadas por valor de 3.480 millones de dólares lo que supone duplicar el costo de la adjudicación de la obra que en 2009 ascendía a 3.118 millones. La mayoría de las reclamaciones han sido rechazadas por la Autoridad del Canal, que acusa a los constructores de inflar las cifras y las ha remitido a la Junta de resolución de conflictos de la Cámara Internacional de Comercio. Las billonarias pretensiones de los españoles han frenado la mega-obra. Los barranquilleros esperan que no se repita esta misma historia con su emblemático puente.