En estos días en lo que se habla minería de datos, big data, inteligencia artificial entre otro temas, donde los monopolios de los datos los tiene empresas como Facebook, Google, Apple, Microsoft, Amazon y cualquier otra empresa que tenga el suficiente capital para implementar estas y que son feroces para almacenar y procesar datos, ocurre algo allá en la obscuridad, nos han robado la privacidad, nuestro tiempo, nuestro ser, todo con el fin de enriquecer a uno pocos que quieren saber hasta el más mínimo dato de usted para poderlo almacenar, procesar y comercializar, mejor dicho sacar provecho de esa tecnología ‘gratis’ que nos han suministrado.
¿Pero hasta qué punto es ético? Yo creo que estas empresas apelan más a esa frase que dice: “el fin justifica los medios”. Y su único fin es producir dinero, ¿pero qué pasaría si un gobierno tuviera acceso a esa infinidad de datos? Tal vez se podría identificar y posteriormente clasificar a las personas por sus creencias políticas y religiosas, y tal vez los gobiernos de derecha o izquierda podrían tener más poder, poder identificar a todas aquellas personas que están en contra de su gobierno, acceder a su dirección donde habita, poder ver quiénes son sus familiares, en donde trabaja, quienes son sus amigos, por donde se desplaza y esto le da un poder para poder depurar al sistema, para eliminar a ese otro que piensa diferente a mí, a esa piedra en el zapato.
Entonces siguiendo con esa lógica, ¿qué estamos dispuestos a sacrificar con esta tecnología?, ¿hasta qué punto?, ¿tal vez la vida en un país como Colombia, donde matan a las personas por exigir sus derechos y pensar diferente? Son muchos interrogantes, pero a los políticos nos les interesa legislar sobre esas cuestiones, ellos tiene hambre de poder, de poder controlar hasta el más mínimo.
Tal vez con todo esto el humano poco a poco se deshumanizando y se va volviendo en un ser que ha perdido su libre albedrío, sus pensamientos no los controla él sino las agencias publicitarias que trabajan para los grandes empresarios y políticos de la nación, y deciden como debe vestirse, que debe comer, como tiene que ver a los que nos son iguales a su estatus quo y eliminar al que piensa diferente.
Finalmente como diría Albert Einstein: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas”. Y tal vez como una profecía esto se ha hecho realidad.