Como dije, cada cual tiene una memoria cultural del Amira de la Rosa, dependiendo de lo que cada cual vivió en él. Yo finalizo esta serie de columnas con una relación parcial de las muchas experiencias culturales, artísticas y académicas, que el Amira ha legado a la memoria cultural de la ciudad, como un testimonio de lo que también hemos sido en los 35 años de su vida institucional. De muchas de ellas fui testigo como parte del público asistente; de otras tantas no tuve la fortuna de disfrutar.
En el campo de la danza se recuerdan actuaciones de Alexander Godunov y su ballet, del Ballet Folclórico de Ucrania, del Ballet Infantil de Kiev, del Ballet Nacional de Cuba, del Ballet Nacional de Sonia Osorio, de las Estrellas del Ballet Soviético, del Ballet Estatal de Moscú, del Ballet de Bulgaria, del Ballet de Georgia, del Ballet Flamenco de España, del Ballet Ruso sobre Hielo, de las Danzas y Artes Marciales de Korea, de las Danzas Típicas de Maracaibo.
Recuerdo muchos de los espectáculos extraordinarios de importantes figuras internacionales de la danza contemporánea a instancias o no del Festival de Danza Contemporánea Barranquilla Nueva Danza, como en los casos de L'Explose de Tino Fernández, de España; Wilson Pico (Ecuador), Sol Pico (España), María Nela Boan (Cuba), Julie Barnsley (USA), Contradanza (España), El Camarín de las Musas (Argentina), entre muchos otros; pero también las compañías Cave Canem, de Francia; Artemis, de Italia; Ziya Azazi, de Turquía; Teatro del Movimiento, de México; Pigeons International, de Canadá; Surdance Ensamble y Lucas Condró, de Argentina; Armando Díaz, de Venezuela; David Fernández, de España; Imago Danza, de Medellín; la compañía de Martha Graham y las presentaciones Trietnia Khabelioz y las de los barranquilleros Peter Palacio y Martha Ligia Gómez, por mencionar sólo algunos.
En teatro resultan memorables piezas como I Took Panamá, del Teatro Libre de Bogotá; la Antología de la Zarzuela, de José Tamayo; Doña Flor y sus dos maridos, La cándida Eréndira, Crónica de una muerte anunciada, Monólogos de la vagina, Un tranvía llamado deseo, del Teatro Nacional de Colombia; El Quijote, del Teatro La Candelaria; La Orestíada, de Esquilo; Sor Juana Inés de la Cruz, del Teatro Tierra; los Títeres de China y el legendario Teatro Negro de Praga, el Grupo de Teatro de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, en dos oportunidades con El partener, de Mauricio Kartum y Final de juego, de Samuel Beckett; el grupo Los oficiantes de la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), de México; el Grupo Scena Platyczna, de Polonia, dirigido por Leszek Madzic con la obra El herbario; el Grupo Speculum Mundi, de Costa Rica, dirigido por el barranquillero Luis Carlos Vásquez con el montaje de Último cantar; y el Grupo Thag Ensamble, de Alemania, dirigido por Gustav Adolf Frank con la obra "In the Jungle of Life, basada en La ópera de tres centavos de Brecht; muchos de ellos en el marco del Festival Internacional de teatro de Barranquilla Fitba.
En 2016 el Amira debió cerrar sus puertas en medio de una polémica que aún hoy no se satisface
Y aunque el foyer del Amira no fue concebido como una galería de arte, imposible no mencionar algunas experiencias plásticas como las exposiciones de los grabados de Francisco de Goya, las pinturas de Guillermo Wiedemann, las de Orlando Rivera Figurita, la obra gráfica de Álvaro Barrios, los intaglios de Omar Rayo, los grabados de Günter Grass, y por lo menos 12 ediciones del Salón de Jóvenes Artistas Costeños de la Cámara de Comercio de Barranquilla, y las de la Carpeta AGPA de grabado latinoamericano, así como el espacio denominado Procesos, dedicado a las nuevas figuras de la plástica regional, entre otras muchas.
En literatura resonaron las voces y las ideas de Héctor Rojas Herazo, Raúl Gómez Jattin, R.H. Moreno Durán, Juan Manuel Roca, Piedad Bonnett, Juan Gustavo Cobo Borda y los poetas que visitaron la ciudad antes de PoeMaRío, entre los que se recuerda a Takashi Arima (Japón), Kasuko Shiraisi (Japón), Francisco Madariaga (Argentina), Juan Vicente Piqueras (España), Musaemura Simunya (Simbawe), Dumitru Ion (Rumania), Abbas Baydoum (LIbano), Americo Ferrari (Perú), Kofi Anyidoho (Ghana), Zein el Abedin Fouad (Egipto), Malak Mustafá (Siria), Kostis Gimosoulis (Grecia), Muhsin Al-Ramli (Irak) y Toyin Adewale (Nigeria). Pero también las tantas ediciones del programa semanal Hablan los escritores, Encuentro con la Poesía Indígena y la Palabra Ancestral, ciclos de conferencias sobre literatura latinoamericana y la Feria Internacional del Libro de la Gran Cuenca del Caribe (2002).
Las ciencias sociales también tuvieron su espacio en el Amira. Los Conversatorios de Filosofía de la Universidad del Atlántico; la Cátedra de Historia de Barranquilla, los seminarios Historia del Caribe, los diálogos con la Historia, los Sábados sociológicos, la Cátedra del Caribe del Observatorio del Caribe Colombiano, el ciclo de conferencias sobre el carnaval, y muchos eventos más.
De otra parte, el Amira cumplió también un papel de auspiciante, colaborador y facilitador de nuestros procesos culturales, convirtiéndose en la sede natural de importantes eventos anuales como Barranquijazz, el Festival de Música Coral Polifónica, el Festival de Arte Estudiantil, el Festival de Danzas Afrocolombianas, el festival de cuenteros El Caribe cuenta, la Temporada Internacional de Danza Contemporánea, el Festival Internacional de Ballet Clásico, el Festival Nacional Folclórico Estefanía Caicedo, la feria Ponte la máscara, el Encuentro Internacional de Teatro de Barranquilla, Enitbar, el Carnaval de las Artes, el festival de poesía PoeMaRío, todos éstos con una extensísima nómina de invitados internacionales y nacionales que sería imposible relacionar.
En agosto de 2006 el Ministerio de Cultura declaró el Amira como Bien de Interés Cultural de la Nación y en 2016 debió cerrar sus puertas en medio de una polémica que aún hoy no se satisface, mientras en estos momentos se avanza en la elaboración del Plan Especial de Manejo y Protección (Pemp) a cargo del Banco de la República, la entidad responsable del teatro.