Tenía 18 años cuando se despertó y lo supo. Con la misma certeza que Gregor Samsa se levantó
siendo un escarabajo ella supo que había dejado el cascarón afuera, que renacía, que era quien
siempre había querido ser. Se miró al espejo esa tarde del 30 de septiembre del 2007 y se
reconoció como Tatiana Piñeros. No era fácil. En una ciudad acostumbrada a aplastar la diferencia,
en donde todos los procesos se marchitan, en donde se persigue a la diferencia, ser consecuente
con su interior cobra un precio.
Siempre aguantó el bullying, desde sus inicios en el colegio distrital Luis Carlos Galán. Luego
estudiaría Contaduría en la Universidad Central. Fue Gustavo Petro quien le daría visibilidad
durante su alcaldía siendo nombrada directora de la Gestión Corporativa de la Secretaría de
Integración Social en donde fue la principal responsable del reconocimiento que le hicieron a la
capital en 2014: el Oscar de Turismo por ser la ciudad latinoamericana para hacer negocios.
A sus 42 años tiene un desafío gigante, enfrentarse a ese monstruo llamado Ciudad Bolivar. A
pesar de todos los indicadores de violencia el 2022 fue un gran año para la localidad en materia de
seguridad. De las 1563 armas que se incautaron en Bogotá 254 fueron de Ciudad Bolívar, siendo la
localidad líder en este número.
Uno de los secretos de Tatiana es su valentía. No se esconde, sale todos los días a caminar sus
calles, cada recoveco y escucha a la gente, se detiene en cada tienda. Y escucha los reclamos. Hay
dos que se repiten: mejorar la seguridad y también la infraestructura. Uno de los temas que más
impacta a la comunidad es el control del microtráfico y los ajustes de cuentas. No baja la guardia,
los operativos son constantes.
Tatiana Piñeros nos abrió las puertas de su oficina y nos contó lo difícil que es ser una mujer trans
al frente de una localidad tan compleja como Ciudad Bolivar.
