Todos los domingos en la mañana, después de que el sacerdote frente al altar dice en latín Dominus vobíscum, Saúl Cruz y Alejandro Ordoñez, como otro centenar de feligreses Lefebristas, repite “Et cum spíritu tuo”. El sub secretario del senado asiste desde hace veinte años a la capilla de los Sagrados Corazones de Jesús y María en Teusaquillo a recibir misa donde se encuentra desde hace quince años con Alejandro Ordoñez, a quien le ayudó, a su manera, a lograr en las dos ocasiones, los votos para llegar a la Procuraduría. Además de Mariano, ha sido militante del Partido conservador y con ese respaldo político llegó hace veinte años como funcionario del Congreso, donde ascendió hasta llegar a la subsecretaria desde donde ejerce un gran poder tras bambalinas, que le ha merecido el apoyo en esta crisis hasta del senador Álvaro Uribe —“no habría votado su renuncia, se ha portado bien con nosotros”—, dijo al aire y de la mayoría de los senadores que sabotearon con ausentismo, la solicitud de renuncia en cabeza de doce parlamentarios liderados por Jorge Enrique Robledo, por haber mentido.
Su lobby en el 2008 fue fundamental para consolidarle las mayorías a su compañero de iglesia: Alejandro Ordoñez Procurador. Él fue quien con habilidad logró acuerdos que resultaron claves que después no dudó en vigilarlas para que se cumplieran. El Procurador respondió: el hermano de Cruz, el coronel de la policía Hector Alfonso Cruz Bonilla, fue nombrado jefe de Seguridad de la Procuraduría y se sabe de por lo menos a cuatro personas recomendados por el subsecretario en altos cargos de la regional del Tolima.
Sus convicciones conservadoras lo han llevado a actuar en consecuencia a la hora de ayudar con su poder de lobby por candidatos afines. Los hizo en el 2012 con el nariñense Luis Guillermo Guerrero para que llegara a la Corte Constitucional e hizo lo propio en abril pasado con el profesor Carlos Bernal en su aspiración a la misma corte. Cuando se la jugaba el miércoles 31 de mayo por el nombre de Alvaro Motta, rompió su regla de discresión y no solo fue captado en acción por las cámaras de Noticias Uno, sino que el propio senador Roy Barreras se sintió en la obligación de frenarlo para asegurarle un mínimo fair play con los otros dos candidatos. Cruz no escondió su malestar frente al triunfo de la liberal Diana Fajardo.
Desde que llegó al Congreso en 1994 de la mano de los senadores tolimenses Guillermo Angulo Gómez y de Luis Humberto Gómez Gallo quien terminó implicado en el escándalo de la parapolítica, Saúl Cruz se volvió funcional casi que con todos los senadores.
Entro al Congreso como director de bienes y servicios, cargo en el que estuvo hasta el 2002, En la Presidencia del entonces conservador Luis Alfredo Ramos asciende a la subsecretaría desde donde se ha empoderado solucionándole problemas cotidianos a los senadores: trámite de pasajes, excusas y vehículos, ocupando espacios más allá de las funciones habituales como intervenir en el orden del día de los proyectos. En la práctica se ha convertido en la mano derecha de los Presidente del Senado en las plenarias, donde es el último en abandonar el recinto. De allí el golpe que le significará no poder volver a entrar hasta cuando no se soluciones su situación disciplinaria, ahora en manos del Procurador.